Gandia comprará la ermita de Sant Vicent tras permitir que quedara encajonada

Un acuerdo entre el Ayuntamiento de Gandia y el Arzobispado de Valencia permitirá salvar la ermita de Sant Vicent, condenada al olvido desde hace una década, cuando el Consistorio local autorizó la construcción de naves industriales en la zona donde se ubica este templo.

El titular del departamento municipal de Territorio, el edil Fernando Mut, anunció ayer que existe un trato entre ambos organismos para que la titularidad de este histórico edificio, cuya existencia se remonta al siglo XV, pase a manos del Consistorio gandiense.

Según Mut, el acuerdo comenzó a fraguarse hace unos meses y supondrá la cesión de la ermita al Ayuntamiento. A cambio, la Iglesia recibirá un solar municipal en el Camí de la Mar.

De momento, el gobierno local está esperando a que la Conselleria de Educación autorice el cambio en la clasificación del terreno, ya que en un principio se iba a destinar a uso escolar. Pero tal y como indicó ayer Mut, ese uso acabó desestimándose porque la superficie no se ajustaba a las medidas requeridas para un nuevo centro escolar. En cuanto llegue la autorización de la Conselleria, la permuta se hará realidad.

El anuncio del concejal de Territorio llega un mes después de que el periódico LAS PROVINCIAS publicara que una nueva nave industrial encajonaba definitivamente a la ermita, dejándola visible únicamente desde el río Serpis.

La semana pasada, el Bloc-Verds de Gandia presentaba una moción para el pleno en la que pedía al Ayuntamiento que garantizase la protección de la ermita, ya sea adquiriendo su titularidad o pidiendo a los actuales propietarios que la reformen. Sin embargo, Mut tiene claro que, mientras el Bloc formó parte del gobierno «tuvo un papel decisivo en la desprotección del edificio que ahora quiere rescatar».

Para explicar esto, el concejal de Territorio se remontó al año 1983, año en que el Plan General de Ordenación Urbana de Gandia recoge la ermita de Sant Vicent como inmueble a proteger. Posteriormente, en 1984 se aprueba una Unidad de Actuación Urbanística en la zona que marca el área de protección del edificio. Una zona que acaba limitándose únicamente al edificio en si, de ahí que luego se concediesen licencias para la construcción y apertura de naves industriales junto a la ermita.

Progresivamente, esos almacenes fueron adosándose a los muros de la ermita. Todas las licencias se concedieron de forma legal. La última, la de la ya mencionada nave en construcción de la que se hizo eco este periódico.

En este sentido, el concejal de Territorio ha asegurado que su departamento está haciendo «todo lo posible por negociar con los propietarios de las naves, que cabe recordar que construyeron allí con todos los derechos».

La intención del Consistorio es adquirir la ermita de Sant Vicent para rehabilitarla y darle un uso público, al igual que se hará con la alquería de Martorell, que se convertirá en parte del Local Museo de la Semana Santa de Gandia.

Las negociaciones van encaminadas a la posibilidad de reducir un poco la superficie de la nave que se está levantando en estos momentos, para no asfixiar tanto a la ermita, así como a la propuesta de traslado de las instalaciones a otra zona industrial más alejada. «Esta solución es más complicada, pero no descartamos alcanzar acuerdos», agregó Mut, quien no obstante puntualizó que los propietarios «tenían todo el derecho a construir donde lo han hecho», porque así lo permitía el PGOU. En total, tres propiedades se verían afectadas por la protección del inmueble.

La ermita de Sant Vicent de Gandia data del siglo XVIII pero se tiene constancia de que existía ya en el siglo XVI. De hecho, la tradición dice que San Vicente predicó aquí a los moriscos.