El autor de la memoria histórica
Carlos Giménez recorre a través de sus viñetas la posguerra en España
MIGUEL LORENCI
Lunes, 28 de diciembre 2009, 01:11
Carlos Giménez (Madrid, 1941) peina canas que recoge en una pequeña coleta, mientras se muestra risueño y satisfecho ante la muestra que repasa estos días la historia reciente de España a través de la carrera de este superviviente. «Un amigo dice que yo inventé el concepto de memoria histórica, sin saber que se llamaba así», bromea Giménez, que lleva tres décadas dibujando unas conmovedoras historias con base autobiográfica que lo acreditan como uno los creadores más respetados del mundo del cómic. Ocurrió cuando dejó de dibujar por encargo para centrarse en 'Paracuellos', un relato estremecedor de su paso por los orfanatos de Auxilio Social en la década de los cuarenta que ha dado la vuelta al mundo.
«Aún me dicen que es imposible que sea verdad lo que relato», explica Giménez mientras pasea por el patio de la Escuela Julián Besteiro de Madrid, en la que se exponen sus viñetas hasta finales de enero. «Son un repaso de la historia de España, de la posguerra a la transición a través mi trabajo», dice el autor de 'Paracuellos', 'Rambla arriba, Rambla abajo' y las series 'Barrio', '36-39. Malos tiempos' y 'España Una, Grande y Libre', con las que se consagró como dibujante más importante de las últimas décadas.
El suyo es un oficio no muy bien pagado en el que España brilla a gran altura. «Importamos durante mucho tiempo obras de Estados Unidos, Francia y Reino Unido realizadas por españoles. Hemos dado y damos tan buenos dibujantes como guitarristas», asegura.
Él se gana bien la vida ahora, aunque «apenas hay publicaciones». La crisis agobia a las editoriales y el tebeo está desapareciendo. No hay revistas en los quioscos y apenas hay nada en las librerías. Queda el reducto de la tienda especializada que vende poco y en tiradas bajas. Y no cree que Internet cambie las cosas. «Fui pionero en colgar una historieta de pago en la Red. Fue un tremendo fracaso. El lector de tebeos, y en especial el coleccionista, quiere una edición bien hecha».
Cuestión de estilo
Peregrinó por varios centros hasta que a los catorce volvió a su barrio y se colocó de aprendiz en un taller de cerámicas. Sus dotes para el dibujo le llevaron a ilustrar por encargo 'Curiosidades', las tiras 'Drake & Drake' y 'Buck Jones'. Luego realizó 'Gringo', serie del Oeste que publicó en más de 20 países. Con 'Delta 99' afianzó su estilo hasta consolidar su madurez con 'Dani Futuro'.
«Cuando me sentí seguro empecé con mis propios temas. A mediados de los 70 podía dar mi visión del mundo», explica. «El gran logro es dar con el estilo propio. Es como la caligrafía. No escribes como quieres, sino como te sale. Aunque trates de imitar al modelo caligráfico, acabas escribiendo a tu modo. Lo mismo pasa con el dibujo».
Giménez prefiere hablar de tebeos e historietas. Cree que «novela gráfica sería una buena denominación si no se se hubiera acuñado a destiempo y para hacer tebeítos muy baratos, pequeñitos y muy cacas». «Me gusta lo que está muy bien dibujado, pero la tendencia que se impone ahora es dibujar muy simple y muy mal. Por muy bueno que sea el guión, sin buen dibujo no tienes nada», dice un rendido admirador de Moebius y de los españoles Bea y Adolfo Usero.
Autor de 'storyboards' para Almodóvar ('Hable con ella') y Guillermo del Toro ('El espinazo del diablo') ahora está con una historia de la Edad Media que parte de un guión de cine de Manolo Matjí, titulado «La historia del año 1.000'.
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