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El maratón femenino pasa junto a una estatua camino de Atenas en los Juegos de 2004. :: EFE
La batalla más recordada
LA PRÓRROGA

La batalla más recordada

En 2010 se cumplen 2.500 años de la lucha entre griegos y persas en Maratón

IGOR BARCIA

Jueves, 31 de diciembre 2009, 10:42

De una batalla surgió la leyenda, y muchos siglos después creció una prueba que hoy en día cuenta con millones de adeptos en todo el mundo. La Batalla de Maratón, Filípides y los 42,195 kilómetros son las tres piezas sobre las que se asienta una competición que mantiene intacta su aureola de mito. El respeto que los fondistas tienen sobre el maratón perdura con el paso de los años, y el origen hay que buscarlo hace 25 siglos. Y es que en el 2010 que se estrena mañana se cumplirán 2.500 años de la Batalla de Maratón entre griegos y persas.

Cuentan los historiadores que las mujeres esperaban saber si sus maridos ganaban o perdían la batalla en la llanura de Maratón, debido que sus enemigos persas habían jurado que tras vencer a los griegos irían a la ciudad a saquear la ciudad, violar a las mujeres y sacrificar a los niños. Al conocer esto, los griegos decidieron que si las mujeres de Atenas no recibían la noticia de la victoria griega antes de 24 horas, coincidiendo con la puesta del Sol, serían ellas mismas quienes matarían a sus hijos y se suicidarían a continuación.

Los griegos ganaron la batalla, y el general Milcíades el joven decidió enviar un mensajero a dar la noticia a la polis griega. Fue el soldado Filípides quien completó los 40 kilómetros de distancia para dar la noticia de la victoria. Una vez cumplida su misión, dicen que se desplomó sin vida, con los pulmones reventados.

Sería mucho tiempo después, en 1896, cuando aquella historia iniciaría su relación con el atletismo, cuando en el programa de los Juegos Olímpicos de Atenas se decidió incluir una carrera que conmemorara la gesta de Filípides. Su testigo lo tomó otro griego, Spiridon Louis, quien también pasó al olimpo heleno como mito del atletismo. Este pastor griego seleccionado para defender los colores de su país en el primer maratón de los Juegos modernos, que se pasó los dos días previos en oración y ayunas, fue el primero en entrar en el estadio ante el delirio de los espectadores. A Louis se le recuerda como un mito y el estadio olímpico de Atenas tomó su nombre en 2004.

Precisamente aquella edición de los Juegos tuvo un guiño hacia la historia helena y el origen de la leyenda, ya que los participantes en el maratón que ganó el italiano Stefano Baldini, completaron el histórico recorrido entre Maratón y Atenas, con llegada al estadio Panathinaikos donde Spiridon Louis ganó su oro en 1896.

Una misma distancia

Hoy en día, quien quiera emular a Filípides también puede hacerlo, porque el Athens Classic Marathon cuya 28ª edición se disputará el 31 de octubre, discurre por el trazado entre ambas poblaciones. Hoy en día, unos 5.000 maratonianos participan en una competición que arrancó en 1972.

El círculo mágico del maratón se completa con su distancia. Los 42,195 kilómetros le dan un aroma especial, que se convierte en un reto para todos los atletas. ¿Pero por qué esa distancia y no otra? La 'culpa' la tiene la reina Alejandra y no encierra grandes misterios. Para los Juegos de Londres en 1908 el recorrido del maratón llevó a los participantes desde el castillo de Windsor hasta el estadio de White City, lo que suponía 42 kilómetros, y los 195 metros fueron añadidos para que la llegada tuviera lugar delante del palco presidencial. De esa manera, la reina pasó a la historia al instaurar la distancia del maratón.

Precisamente la monarca británica asistió en directo a una carrera para el recuerdo. Allí, ante sus ojos, Dorando Pietri, el italiano que entró primero en el estadio, se desplomó por el esfuerzo, y tras tardar una enormidad en alcanzar la meta, fue descalificado por recibir ayuda de los jueces. Conmocionada, la reina Alejandra le obsequió con una Copa en reconocimiento de su esfuerzo.

Son las historias de una carrera diferente, con grandes hazañas y grandes nombres ligados ya de por vida a los 42,195 kilómetros, como Emil Zatopek, Abebe Bikila, Mamo Wolde, Carlos Lopes, los españoles Abel Antón y Martín Fiz, Paul Tergat o Haile Gebreselassie, actual plusmarquista mundial (2.03.59), o Paula Radcliffe (2.15.25), Grete Waitz o Ingrid Kristiansen, en mujeres. Todos se han hecho grandes emulando a Filipides, el héroe de la Batalla de Maratón.

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