Un tándem familiar que alcanzó el éxito en «el año de la crisis»

Los hermanos Eva y Kike Rogado siempre tuvieron claro que lo suyo eran los negocios. Ella, de 33 años, estudió Química e hizo un máster en Cosmética y Dermofarmacia. Él, tres años más joven, Empresariales. En 2006, tras varios años de trabajo por cuenta ajena, decidieron lanzar al mercado una línea propia de productos cosméticos. Hoy conforman un exitoso tándem empresarial en el que ella fórmula y él lleva las cuentas.

El nombre de Eva Rogado comparte protagonismo con el de Estée Lauder y Loreal en las estanterías de un amplio abanico de perfumerías y centros de estética asturianos, y en 2009 logró colarse en algunos establecimientos de Galicia, Salamanca y Cantabria. Venden cada mes alrededor de 1.300 unidades de los 16 productos que tienen en el mercado. Los inicios no estuvieron exentos de dificultades. Primero fue dejar el trabajo, después desarrollar el plan de empresa y conocer las inversiones que necesitaban para empezar.

Al final, terminaron siendo casi 100.000 euros de inversión que todavía tardarán varios años en recuperar. Tuvieron que fabricar un volumen importante de cremas para que el negocio fuera rentable, registrar la marca y hacer el diseño de las cajas y de los catálogos. «Era ahora o nunca», cuenta Eva que tuvo que asistir a varios cursos de creación de empresas y de ayuda a emprendedores por su inexperiencia.

Con las cremas ya en sus manos, lo difícil fue ver cómo les cerraban las puertas de muchas perfumerías de la región. «No conocíamos a nadie en el sector y nos costó mucho ganar clientes». Eva presume de que sus productos «nacieron cuando la crisis ya se estaba insinuando» y, quizá por eso, la actual coyuntura no le quita el sueño en exceso. Nunca dejaron de creer en su idea. «Sabemos que existe un importante nicho de mercado de alta cosmética a precios asequibles y decidimos ir a por él», cuenta sin ocultar que en tiempos de crisis hay más mujeres dispuestas a probar marcas menos conocidas para no pagar el plus de la publicidad.

Eva y Kike nunca tuvieron miedo a que alguien les pudiera robar su fórmula cosmética que prueban periódicamente en un laboratorio de Villarreal para incorporar los nuevos avances. Al fin y al cabo, argumenta él, «hacer una crema es como una tortilla, puedes usar los mismos ingredientes pero nunca te va a salir igual». Una parafarmacia del concejo de Llanes fue la primera en comprar sus productos.

Ganar clientes

Hoy la línea cosmética Eva Rogado está presente en más de 120 puntos de ventas en cuatro comunidades distintas. Ganar clientes es uno de los retos que se plantean para este nuevo año, además de lanzar al mercado dos nuevos productos: un contorno de ojos y una crema para pieles maduras.

Su negocio se basa, fundamentalmente, en una esmerada atención al cliente y un mimo especial a las vendedoras de las tiendas que compran sus productos. De forma periódica, Eva realiza análisis gratuitos de piel en los puntos de venta para aconsejar a potenciales clientes la crema que más les conviene. «Somos comerciales y representamos a nuestra empresa las 24 horas del día -explican-. Es muy gratificante que te llamen para hacerte un pedido». El año pasado empezaron a explotar las opciones de internet y las redes sociales.

Para Eva y Kike, 2009, «el año de la crisis», en el que más de 2.600 autónomos han cerrado su negocio en la región, fue su año. Fidelizaron clientes y su marca dejaron de venderla en exclusiva las empleadas de las perfumerías, porque muchas mujeres ya preguntan por ella. «2010 será aún mejor», auguran entusiasmados. Ganas no les faltan.