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El cazador Francisco José Tejedor, con un arruí abatido en las montañas de la Vall d'Ebo. :: LP
A la caza de las cabras del Atlas
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A la caza de las cabras del Atlas

El animal procedente de África se ha convertido en una especie invasora que arrasa los cultivos Medio Ambiente autoriza abatir «arruís» en los montes de la Marina Alta

LUCÍA RONDA

Martes, 19 de enero 2010, 03:52

Hace ya una década que empezaron a verse asomar por los riscos más altos de las montañas del interior de Alicante. Los arruís, cabras salvajes originarias de áridas montañas norteafricanas como el Atlas, fueron importados con cuentagotas por algunos propietarios de fincas de caza y, después de escaparse, hoy están considerados como una especie exótica invasora.

Sin un depredador natural ni grandes exigencias para alimentarse, su proliferación ha sido enorme en los últimos años. Tanto que en algunos municipios del interior de la Marina Alta, como Vall d'Ebo, Laguar o Castell de Castells su superpoblación empieza a suponer un problema ya que bajan de su hábitat para arrasar cultivos y repoblaciones forestales, algo constatado por los Agentes Medioambientales.

Estos técnicos avalaron ante la Conselleria de Medio Ambiente la necesidad de autorizar su caza por primera vez en la Marina Alta. Ceñidos a un número acotado de piezas y en la modalidad de rececho (selección de la pieza y asedio individual), los cazadores han salido en numerosas ocasiones en su búsqueda hasta que este domingo acabó la temporada.

Como señalan los expertos, este tipo de caza es «una verdadera lucha de pericia entre el cazador y su presa» y exige una muy buena preparación física para acceder a zonas altas y conocimientos de la montaña para atrapar unas piezas que no son nada fácil de localizar.

Sólo se ha logrado abatir cuatro, la mayoría en Ebo. Los cazadores han podido llevarse sus exóticas cornamentas como trofeos convenientemente certificados (un aval que se exige en los concursos para evitar la caza furtiva), mientras que la carne se dejó abandonada en el monte para que sirva de alimento a las especies carroñeras.

El arruí tiene una gran movilidad que le permite colonizar montañas. Se le ha visto por Llíber y, como su caza está prohibida hasta el próximo invierno, se prevé que pueda llegar a sierras de zonas costeras como las de Xàbia. Mientras, siguen las batidas de jabalíes, otra especie con superpoblación que daña cultivos y abancalamientos en la Marina Alta.

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