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Gente

El traje de los abuelos

PPLL

Domingo, 24 de enero 2010, 01:48

Justillo, miriñaque, jubón, florón, tapín o chapín, cubrepiés, polisón, crinolinas, guardainfantes. Son prendas de vestir o adornos que ya no se utilizan o que han cambiado de nombre. Hablar con Victoria Liceras es sumergirse en el vocabulario y en la imaginación; así vestían nuestros abuelos.

Y eso que Victoria Liceras es médico, trabaja en el Clínico, y sólo se ha dedicado a la indumentaria valenciana entre análisis y análisis. «Pero me jubilaré pronto y entonces si Dios no lo remedia y la cabeza está en su sitio tendré un poquito de tiempo».

O sea, que sólo es aficionada. Menuda aficionada. Todo empezó con unos pendientes que a los cuatro años le regaló su padrino, el pintor Emilio Aliaga. De latón, «malísimos, pero muy valencianos» ¿Valencianos? «Los pintores costumbristas representan esos pendientes infinidad de veces: el orejal, una pieza transversal, las piedras verdes, la estructura.»

Del amor a los pendientes se pasó a la adición por lo antiguo, acompañada de su marido, el psiquiatra Julio Guardiola, ya fallecido: «Siempre me ha gustado ese objeto que no encuentras en unos grandes almacenes.»

Liceras prepara ahora una exposición sobre el siglo XV, que quiere que sea, cómo no, en la Lonja. «Es imposible pensar que se hayan conservado tantos tejidos italianos del XV y ningún valenciano -afirma -; Valencia era entonces una potencia como Venecia o Génova. Probablemente muchos tejidos catalogados como italianos sean valencianos».

Enamorada más de la indumentaria popular, festiva o no, que de la ropa de la burguesía, intenta también descifrar los simbolismos de prendas y adornos, como las fuentes de agua o los frutos que se grababan en algunas peinetas de la abuela, «aunque no sé si en alguna ocasión tendré tiempo».

Y su colección. Una colección basada en ropa antigua valenciana, de mujer, de hombre, de niño, que a punto ha estado en alguna ocasión de servir de base al todavía inexistente Museo de Indumentaria Valenciana. Y lo considera imprescindible: «Una cosa aparentemente tan trivial como es la ropa siempre ha sido un reflejo de la sociedad».

O, al menos, cuál era el país dominante de la época, también en la moda: Francia, en el XVIII; en el XIX Inglaterra; en el XVI España. En el XX, el blu jean de Estados Unidos. Aunque ahora las multinacionales han acabado con buena parte de estas particularidades. «Zara es el mayor globalizador del mundo», señala Victoria Liceras.

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