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P. C.
Viernes, 29 de enero 2010, 02:35
La ubicación de una incineradora en Castellón ha levantado las primeras oposiciones antes incluso de plantearse de forma oficial. El secretario general provincial del PSPV-PSOE y portavoz en la Diputación, Francesc Colomer, respondió ayer a las declaraciones del conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, para advertir que el PSPV «se opondrá rotundamente» a la instalación de incineradoras en la provincia. La pretendida búsqueda de consenso defendida por la Generalitat para buscar localización a este tipo de instalaciones se ve, de esta manera, dinamitada antes de poder empezar a plantearse y augura un proceso nada sencillo para decidir la ubicación de las plantas de valorización energética que el Consell quiere distribuir entre las tres provincias de la Comunitat para dar solución al problema de las basuras.
Colomer fue tajante al respecto y, en un comunicado, señaló que el PP «no contará con el apoyo del PSPV-PSOE» para impulsar las incineradoras. El socialista justifica el rechazo frontal a la quema de residuos en la «gran cantidad de problemas medioambientales» que asegura que generan este tipo de instalaciones. «Las incineradoras emanan dioxinas y partículas contaminantes a la atmósfera, según estudios científicos sobre la materia, en los lugares próximos a ellas, que pueden afectar a la salud de los vecinos», argumentó el secretario general, quien abogó por buscar «criterios técnicos» y no políticos para «plantear alternativas adecuadas y medioambientalmente sostenibles». Pese a su negativa implacable a las incineradoras, Colomer apostó por un «acuerdo amplio, en el que se barajen todas las posibles soluciones». Todas, claro, a excepción de la incineración.
En este sentido, Colomer lamentó que «finalmente el PP se haya convertido en el partido de las incineradoras y ya se muestren totalmente partidarios de esta modalidad para tratar los residuos, cuando en 14 años han sido incapaces de poner en marcha un solo vertedero en la provincia de Castellón, incumpliendo reiteradamente el Plan Integral de Residuos de 1997».
Ha sido, de hecho, la falta de instalaciones -en Castellón siguen pendientes las plantas de la Vall y la de Cervera- las que han reabierto en las últimas semanas una nueva 'guerra de las basuras' en la que están involucradas las tres provincias de la Comunitat, principalmente Alicante, donde los municipios de Villena y Xixona ya han manifestado su oposición a seguir recibiendo residuos procedentes de Valencia y Castellón, donde el cierre, en verano, del vertedero de Vilafranca dejará sin destino las basuras de la zona 1 a la espera de la construcción de la planta de Cervera y la definición del futuro vertedero.
La posibilidad de utilizar la planta que se está construyendo en Algimia de Alfara para recibir los residuos de la provincia planteada por el conseller Cotino tampoco tiene visos de ser bien recibida por el municipio valenciano, quien, sin embargo, sí había aceptado anteriormente tratar en su planta las basuras de la Plana Baixa y el Alto Palancia, pendientes de la construcción del complejo de la Vall d'Uixó. En este caso, los municipios que vertirán en Algimia pertencen al mismo plan zonal.
El embrollo en el que la falta de instalaciones ha sumido a la gestión de las basuras en la provincia ha llevado al PSPV a plantear una proposición no de ley en Les Corts para «acabar con la situación de caos» que se vive en este asunto. Entre las propuestas previstas se encuentran la finalización de infraestructuras o la elaboración de un plan transitorio de gestión urgente de los residuos sólidos urbanos «con la finalidad de consensuar las plantas de recepción y garantizar su correcto tratamiento».
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