La protesta contra el plan del Cabanyal se convierte en un ataque frontal al PP
Partidos, asociaciones y sindicatos de izquierdas reúnen a miles de personas en una manifestación por las calles del barrio
J. BATISTA
Lunes, 1 de febrero 2010, 13:58
«Siempre hemos dicho que el principio del fin de Rita Barberá en esta ciudad pasa por el Cabanyal». Con esta declaración de intenciones jaleaban los miembros de Salvem a las miles de personas que ayer se reunieron en las calles del barrio en una manifestación cuyo lema principal se refería a la necesidad de acometer una rehabilitación integral como alternativa a la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez.
Aunque había pancartas sobre cuestiones arquitectónicas («El Cabanyal no necesita una avenida» o «El barrio es nuestro y lo queremos entero y vivo»), predominaron los ataques a la política del PP en la Comunitat, personificados en las personas de Camps y Barberá.
La convocatoria contó con la representación de toda la izquierda valenciana, en lo político y en lo social. Estuvieron Carmen Alborch y Salvador Broseta, portavoz del PSPV y secretario general en la ciudad respectivamente, Marga Sanz y Amadeu Sanchis, de EU, Mónica Oltra, de Compromís, representantes de Esquerra Republicana y de los sindicatos CC.OO, STEPV y UGT, sin olvidar a decenas de entidades y asociaciones vecinales del barrio, la ciudad y de «más allá».
Y aunque el único partido sin representación fue el PP, el nombre de Rita Barberá fue uno de los más apelados y recordados. «Rita, Rita Rita, el Cabanyal no nos lo quitas», o «Rita, no expolies el patrimonio de los valencianos» eran algunas de las consignas más suaves, que estuvieron acompañadas de caricaturas de la alcaldesa y viñetas de cómic que la acusaban de especuladora. Incluso hubo una parodia en carne y hueso, organizada por las juventudes socialistas, que disfrazaron a un joven con un vestido rojo y peluca negra cardada que arrastraba una grúa de juguete.
Carteles con el logo de la empresa promotora de la prolongación, Cabanyal 2010, aparecían con una razón social diferente (Alibabá 2010). También se vio el diseño patentado por Oltra, la foto de Camps con el mensaje de «Se busca sólo vivo». «Peligro, fiera suelta» era el mensaje de otro cartel ilustrado con un retrato de Barberá, mientras que algunos recurrían a juegos de palabras: «Més Barberitats» o «Basta de Rictaduras y Graulladas» (en referencia a Alfonso Grau).
También hubo muchos manifestantes portando símbolos tradicionales del barrio, desde cañas hasta velas latinas, que estuvieron acompañados de grupos de percusión que amenizaron el recorrido.
La protesta arrancó en la avenida de los Naranjos, pasó por Mediterráneo y llegó hasta la plaza de la Cruz del Canyamelar. Cuando la cabeza arribaba al punto final, todavía quedaban manifestantes en la salida. Según los datos de la organización, la protesta congregó a 30.000 personas, una cifra que la Policía Local rebajó a 3.000. Lo cierto es que gran cantidad de asociaciones estaban convocadas a la protesta, incluyendo 15 de fuera de la Comunitat, tal y como informó LAS PROVINCIAS. Hasta el previsible baile de cifras fue comentado por la organización. «Aunque sólo somos cuatro o cinco, ocupemos todo el espacio, por favor», decían por la megafonía no sin cierta dosis de ironía.
La protesta terminó con la lectura de un manifiesto por parte de Salvem el Cabanyal, que exigía una rehabilitación integral para el barrio. Inevitablemente, también estuvo salpicado de referencias al PP.
«No pueden seguir destruyendo el patrimonio. El barrio está entero, en pie y en lucha contra la especulación y el mal gobierno», empezaba el documento, leído desde un andamio ante los miles de participantes. «Gracias a la gente de Valencia y más allá que están aquí abrazando las casas. Llevamos 12 años de lucha, pero esto acaba de empezar. No vamos a parar hasta que no se rehabilite el barrio y se quede entero y vivo», se escuchaba a través de los altavoces.
«Antidemocrático»
«Todas las fuerzas políticas y sociales están aquí menos el PP, 'engrescat' en asuntos de corrupción y de intereses de empresas. Su política parece más propia de 1934 que del siglo XXI», decían. «Se ha demostrado su incapacidad y fracaso para sacar adelante un proyecto especulador. En 12 años han traído sufrimiento, dolor y degradación... han engañado y amenazado a los vecinos uno a uno», proseguía el manifiesto de la plataforma.
«Denunciamos la actitud antidemocrática del PP valenciano, incapaz de favorecer una democracia participativa. Aquí todos estamos dispuestos a colaborar en la rehabilitación», sentenciaba el documento en defensa del Cabanyal.
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