Secciones
Servicios
Destacamos
P.S.
Viernes, 19 de marzo 2010, 13:14
El peor enemigo para un pirotécnico no es el humo, que es inevitable, sino la ausencia de viento. Y eso es con lo que se encontró Vicente Caballer esta pasada madrugada al disparar su esperada nit de foc. Si a eso le sumamos la niebla, el escenario es el peor posible.
A los pocos minutos de comenzar el castillo, la visibilidad era prácticamente nula. Los espectaculares efectos preparados por el experto pirotécnico pasaron desapercibidos para una gran mayoría de los asistentes a la mágica noche de luz y color.
El humo se fue apoderando de la Alameda, el viejo cauce, la plaza de América, la plaza de Zaragoza envolviendo la noche y ocultando la magia. Los 18 minutos que duró el espectáculo concluyeron con más pitos que aplausos, producto de la decepción ante una nit de foc invisible.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.