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Fernando Savater. / Jesús Signes
Fernando savater

«Juntar cultura y turismo es propio del franquismo»

El ganador del Premio Primavera de Novela con 'Los invitados de la princesa' critica cómo se eleva la comida a un fenómeno cultural

BURGUERA

Sábado, 21 de abril 2012, 20:15

Savater sonríe mucho y, entre risa y risa, emite juicios de valor rotundos y secos como un jaque mate. En 'Los invitados de la princesa' le pone la proa a la gastronomía, y también aprovecha para criticar la novela negra sueca y reflexionar sobre qué es la cultura.

-Desde hace tiempo que los cocineros no son santo de su devoción.

-Anteriormente, hablé de la presencia habitual de los cocineros en la vida social del País Vasco, pero no por su hipertrofia artística como ahora, sino por cómo evitaban pronunciarse frente al terrorismo. Ahora, esa idea de que un cocinero es algo así como un Leonardo Da Vinci, me parece un disparate. La comida es para disfrutarla y una persona culta no será engañada por según qué mensajes; sin embargo, hay gente que sí se cree que Rembrandt y Ferrán Adrià juegan en la misma Liga, y en el libro lo que hago es reírme de esas ganas de dar importancia a cosas que no la tienen.

-¿Por qué ambienta la historia en un país latinoamericano?

-Porque me hacía más fácil que el encuentro internacional fuese de gente con un mismo idioma y porque yo he estado en esos países mucho tiempo y he visto cómo les gusta mezclar hasta confundir lo turístico con lo cultural. Es necesario entender que la cultura no sólo es un cebo para turistas.

-En muchas autonomías, entre ellas la Comunitat Valenciana, se ha fusionado la gestión de la cultura y del turismo.

-Sí, pero juntar cultura y turismo es propio del franquismo. Franco ya lo hacía, convertir la cultura en una rama del folclore y olvidar una versión más inquietante para el poder. La princesa que aparece en la novela también prefiere el folclore y los turistas a esa acepción más elevada de la cultura.

-Hay cosas que no cambian, entonces, ¿se sigue sintiendo una 'rara avis' por impartir clase de Filosofía?

-Yo y cualquiera. La Filosofía tiene un papel cada vez más escaso en la educación. Sólo le queda sitio en la Universidad, porque en el Bachillerato la juntan con algo más, con Educación Vial, por ejemplo, para que sea un acompañante, y eso es muy significativo porque la Filosofía nace a la vez y desde los mismos valores que la democracía.

-¿Le pasa como al personaje principal del libro, que tiene buen apetito?

-Sí, soy un tragón, desgraciadamente, porque no me quito jamás de encima los quilos que me sobran.

-¿Critica a los cocineros con conocimiento de causa, sabe guisar?

-Me defiendo, sé hacer cosas.

-¿Pasa ahora con la comida como en su momento ocurrió con el vino?

-Pues sí, y me gusta mucho el vino, pero es que hemos llegado al absurdo. Es como convertir el follar en deporte olímpico para así querer darle importancia. Hay cosas que son lo que son, y convertirlas en otra cosa es propio de ignorantes.

-También le da tiempo para criticar en su novela a los suecos.

-Es que a mí la novela negra me aburre. Prefiero la detectivesca, por eso incluyo una historia de ese tipo en la novela, así como algún que otro género más.

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