Castellano interviene para evitar más patinazos como el de Vivancos

Alberto Fabra ha ordenado al secretario general del PP valenciano, Serafín Castellano, que intervenga para evitar nuevos frentes como el abierto la semana pasada con las declaraciones en Ontinyent de Mariano Vivancos en las que llamó «talibanes» a los profesores y que derivaron en su destitución como director de la Agencia de Evaluación y Prospectiva, hecha oficial en la reunión del Consell del pasado viernes. El número dos de los populares de la Comunitat ha convocado para esta tarde una «reunión de coordinación con los miembros de la ejecutiva del PP valenciano y altos cargos del Consell». La convocatoria, hecha pública ayer por la mañana, pretende unificar el mensaje del partido y de la Generalitat, y evitar situaciones como la generada por el ya exalto cargo de la Conselleria de Educación, cuya intervención en un acto institucional generó un amplio malestar en en distintos ámbitos de la enseñanza.

La cita de esta tarde que algunos dirigentes populares aseguraron que estaba convocada desde hace algunos días recupera una vieja costumbre (especialmente durante la etapa de Eduardo Zaplana): la de convocar al segundo escalón de la administración junto con miembros del Ejecutivo para exigir la máxima implicación de unos y otros. La situación política, se estima desde la calle Quart, es lo suficientemente complicada como para recuperar ese tipo de convocatorias. Las fuentes consultadas por este diario no descartaron la asistencia a esta reunión del propio presidente de la Generalitat ni la del resto de miembros de su Consell.

La cita de hoy pretende profundizar en la implicación entre partido y administración pública. Alberto Fabra ya subrayó en el congreso regional que le reeligió como líder del PPCV que el apoyo del partido resultaba de capital importancia para la labor del Consell, máxime con un escenario económico que ha obligado a adoptar medidas que generan tanto rechazo social como los distintos ajustes para cumplir el objetivo de déficit al acabar 2012. En este caso, el número del PPCV quiere además tensionar a la organización y hacer ver al segundo escalón de la administración que el partido se la juega y que es necesario evitar resbalones que puedan hacer que la marca PPsea mal vista por la ciudadanía.

Las fuentes del PPCV consultadas por este diario señalaron ayer que este tipo de reuniones, en las que se pretende hacer un llamamiento a la responsabilidad y de unificación del mensaje de todos los cargos públicos y orgánicos del partido, justifican por sí mismas la designación de Serafín Castellano como número dos del partido. «Necesitas un secretario general con carácter, con un mensaje que entienda todo el mundo. Y sobre todo, que sea obedecido sin rechistar por toda la organización», se remarcó.

Ese músculo del número dos del PPCV es el que podría evitar que en la reunión de hoy se escuchen voces críticas con la decisión del Consell de destituir a Vivancos. La decisión del Ejecutivo valenciano, a propuesta de la consellera María José Catalá, ha generado cierto malestar entre distintos cargos del partido. Pese a asumir que algunas de las expresiones utilizadas por Vivancos fueron desafortunadas, algunos referentes consideran que el Ejecutivo habría podido darle al menos la posibilidad de rectificar o incluso la de presentar la renuncia, en lugar de destituirlo de forma fulminante y achacar la destitución precisamente a sus declaraciones.

De hecho, algunos cargos del partido han expresado en privado durante los últimos días su convencimiento de que la decisión adoptada con Vivancos tiene mucho de orgánica es una de las personas más cercanas a Juan Cotino. «No se habría actuado igual si ese comentario lo hubiera realizado algún otro alto cargo del Consell», se señaló ayer.