

Secciones
Servicios
Destacamos
ELENA BARDISA
Viernes, 8 de junio 2012, 13:42
A nadie en su sano juicio se le ocurre ir tirando billetes de 50 euros por la calle como si nada. Sin embargo, en la mayoría de los hogares, el dinero invertido en calefacción o aire acondicionado, por ejemplo, se malgasta debido al deficiente aislamiento térmico de puertas, ventanas y paredes, que provoca una pérdida de hasta un 35 % del calor o frío.
Según el último índice de eficiencia energética elaborado por Gas Natural, los hogares españoles podrían ahorrar 1.407 millones de euros en energía al año, lo que supone un 8,38% de su factura. Bastaría únicamente con cambiar una serie de hábitos. Pero a pesar de que el 55% de la población cree que el ahorro energético es más importante que antes de la crisis, no adopta ninguna medida.
Sin embargo las cifras hablan por sí mismas. Cambiar ciertos hábitos de consumo puede suponer un ahorro superior al 30%. Y no sólo eso sino que evitaría emitir a la atmósfera 5,2 millones de toneladas de CO2, equivalente a las emisiones anuales de 2.170.000 vehículos.
¿Qué medidas se pueden adoptar? Hagamos un hipotético viaje a una vivienda para analizar, estancia por estancia, cuáles son las claves del ahorro.
El frigorífico es el electrodoméstico que más consume en un hogar por eso al igual que el resto es conveniente que sea de consumo eficiente, según la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU). Debe estar colocado lejos de focos de calor y de la radiación solar directa y permitir la circulación de aire por la parte trasera. Además, hay que limpiarlo una vez al año y no introducir alimentos calientes en su interior. Es falso que descongelar el frigorífico y volver a ponerlo en marcha suponga un gran gasto energético.
La capa de hielo que se forma en las paredes provoca un aumento del consumo por lo que es conveniente descongelar una o dos veces al año para eliminarla. Para descongelar, hay que sacar del congelador los alimentos la noche anterior y dejarlos en la nevera. El frío del producto congelado favorecerá la refrigeración del frigorífico.
Tampoco es cierto que la cocina eléctrica sea más rentable que la de gas, según Avacu. Con esta última se consume una cuarta parte y el resultado al cocinar es igual. También la olla exprés puede suponer un 80% de ahorro frente a la tradicional. Asimismo, es conveniente usar cacerolas y sartenes cuyo fondo sea de un tamaño superior al de los quemadores o las placas.
El mayor gasto, la calefacción
La mitad de la energía consumida por una familia se destina a calentar el hogar. Por eso, a pesar de que son más caras que las convencionales, es importante elegir calderas de alto rendimiento, que como las de baja temperatura o de condensación pueden ahorrar más de un 25%. .
En cuanto a los radiadores, hay que comprobar que no tienen aire en su interior porque dificulta la transmisión del calor del agua caliente al exterior. Si no disponen de termostato, es recomendable apagarlos por la noche. Aunque la sensación de confort es subjetiva, entre 20 y 22 grados es suficiente para la mayoría de las personas. Incluso en los dormitorios se puede rebajar en 3º y 5º. Además, por cada grado de que se deje de subir se ahorra entre un 5% y un 8% de energía.
Es mejor colocar los radiadores debajo de las ventanas para la correcta difusión del aire por la habitación y no taparlos ni obstruirlos. Las habitaciones no deben ventilarse completamente, basta con abrir las ventanas diez minutos. También es aconsejable cerrar las persianas y cortinas por la noche.
Las ventanas de doble cristal o doble ventana y cierre hermético pueden llegar a ahorrar hasta un 40%, de hecho a través de ellas se pierde entre un 12% y un 25% del frío o calor del interior y entre un 25 % y un 35% por las paredes.
En cuanto al cuarto de baño, el agua caliente es, tras la calefacción, el segundo consumidor de energía en un hogar con un 20% del total. Por ello es importante racionalizar su consumo o ducharse en lugar de bañarse puesto que se gasta cuatro veces menos agua y energía. El simple goteo del grifo o de la cisterna significa una pérdida de más de 250 litros de agua al mes.
Aparte de este consumo evidente existe otro «fantasma». Es el «stand by» que usamos en lugar del interruptor para apagar muchos aparatos como el televisor o la cadena musical. Además de aquellos que funcionan con baterías recargables como el móvil o el ordenador portátil o tienen una fuente de alimentación o adaptador de corriente y se quedan enchufados permanentemente a la red.
Los que más consumen, según la Organización de Consumidores y Usuarios, son los televisores, descodificadores de televisión, las Docking Station para MP3, las consolas, DVD, conjuntos de home cinema, los ordenadores de sobremesa y las impresoras. Todos esos aparatos siguen chupando energía de nuestros bolsillos aunque no estén funcionando y ese «modo de espera» supone un 11% del consumo en Europa. Apagarlos significa un ahorro de más de cien euros anuales.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.