Imputados de primera, imputados de segunda
La tolerancia cero que pregona el Consell para afrontar la corrupción se aplica según el cargo del afectado
HÉCTOR ESTEBAN
Martes, 12 de junio 2012, 15:26
Tras el paso dado por la juez Nieves Moreno, que está a un paso de imputar a Rafael Blasco por el caso Cooperación, el PP se encuentra en una encruciijada. ¿Qué va a hacer ahora Fabra? Hasta ahora, su receta era tolerancia cero frente a la corrupción. La imputación judicial es, desde el verano pasado, el pasaporte de salida para cualquier cargo público que esté bajo sospecha. La realidad, al final, es otra: el Consell se mide entre imputados de primera e imputados de segunda. Los que ocupan el segundo escalón son finiquitados al minuto de caer la decisión judicial sobre su sueldo público. Incluso sin saber cuáles son los delitos que presuntamente han cometido, como es el caso de Luis Lobón, imputado en el caso Nóos. Desde el Palau de la Generalitat la decisión es fulminante. Pero esa tolerancia cero no se aplica en otros casos que se visten con la misma prenda de la imputación. Las fuentes oficiales se empeñan en diferenciar unas situaciones y otras.
El portavoz del PP en Les Corts, Rafael Blasco, sabe que su puesto pende de su posible imputación por el caso de las ayudas de cooperación. Hasta ahora, la ausencia de la decisión judicial era su salvavidas particular. Ahora las cosas pueden cambiar. Pero, tras lo visto en Les Corts, se podría convertir en imputado de primera y no perder su cargo. En la bancada popular hay una gran cantidad de imputados, la mayoría por la causa de la presunta financiación ilegal incluida en el caso Gürtel, que se mantienen sin que la guillotina política caiga sobre ellos.
Esa doble vara de medir no sienta bien en el partido. Especialmente en aquellos que no tiene la inmunidad que da el acta parlamentaria. ¿Por qué el Consell no actúa con la misma contundencia con los imputados por la causa de la financiación del PP?
La primera razón es la oficial. Fulminar a los imputados en Gürtel sería reconocer que el partido ha actuado mal y ha cometido los delitos. Desde la calle Quart siempre se ha defendido, tanto en la etapa anterior como ahora, el blanco nuclear de la gestión. El PP considera a todos los afectados inocentes. Si se les destituye, se pone en cuestión la imagen del partido.
La otra razón, más interna y con más enjundia, es que aplicar la receta en Les Corts sería un suicidio político. El acta de diputado es nominal. Sólo puede correr la lista en caso de dimisión. La única opción que cabe es la expulsión del grupo, algo que, según el Reglamento de Les Corts, necesita el voto mayoritario de los 55 parlamentarios que tiene el PP (es decir, 23).
En el Parlamento regional hay en estos momentos 7 diputados imputados, 6 por Gürtel más Pedro Hernández Mateo por la adjudicación de la contrata de basuras en Torrevieja. Aplicar la 'doctrina Fabra' de tolerancia cero a sus señorías obligaría a los 7 imputados a integrar el grupo de los no adscritos. Además, provocaría una hecatombe política ya que el grupo que sustenta al Consell se quedaría en minoría.
El nuevo hemiciclo, en caso de llevar al extremo la receta popular, dejaría al PP en minoría con 48 diputados. Enfrente, los 33 del PSPV; 6 de Compromís y 5 de Esquerra Unida. La llave estaría en los 7 no adscritos que sumarían 51 escaños junto a los actuales grupos de la oposición. Un riesgo excesivo que el PP y el presidente Fabra no quieren asumir.
Los antecedentes en el hemiciclo invitan a no tomar decisiones de este tipo. En la bancada popular hay varios eximputados que tras hacer el paseíllo por el TSJ quedaron absueltos. El caso más conocido es el de la causa de los trajes que terminó con Francisco Camps y Ricardo Costa declarados no culpables. El parlamentario Jorge Bellver también fue imputado por una denuncia vinculada a la obra del aparcamiento subterráneo junto a los jardines de Monforte mientras que Fernando Giner declaró por un asunto como alcalde de Vallada. Todos fueron absueltos. La consellera Isabel Bonig también ha salido absuelta esta semana.
No todo el mundo en el PPCV está a favor de que el presidente desenfunde tan rápido a la hora de destituir a los cargos del segundo escalón cuando son imputados por un juez. Blasco le recordó a Fabra que estuvo en esta misma situación en su etapa municipal Castellón y todo quedó en nada.
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