El San Pío V, también sin tienda

La gente va a los museos pero no compra. O, al menos, no compra lo que tradicionalmente han ofrecido los espacios museísticos: catálogos y libros. El visitante busca otra cosa, a tenor de la aceptable marcha que registra la única tienda superviviente (la del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad) en las dependencias de los cuatro museos con más visitas de la Comunitat: el IVAM, MuVIM, Centro del Carmen y San Pío V, respectivamente. Este último, el Museo de Bellas Artes de Valencia, segunda pinacoteca del país y receptor anual de más de 130.000 personas que acceden al recinto de manera totalmente gratuita, se ha quedado sin espacio comercial. Las puertas de la tienda se cerraron a cal y canto por falta de rentabilidad. No ha sido la primera en caer.

La del IVAM se cerró en febrero. Y ahí está el espacio, inutilizado y oscuro,empleado desde su clausura en una ocasión, para la exposición en homenaje a la fallecida Ana Peters, a la espera de futuros usos.

El mismo triste destino sufre desde hace unas semanas la tienda del San Pío V. Allí se ofrecían catálogos de las exposiciones, libros sobre los artistas con obra en la colección del museo, novelas relacionadas con el mundo de la cultura así como los típicos recuerdos de una visita a Valencia y material de papelería con motivos artísticos.

Desde la Conselleria de Cultura se asegura que el Museo de Bellas Artes ha registrado en los últimos meses un importante incremento de visitantes a raíz de la reordenación del discurso museístico. Se ha habilitado una sala dedicada a Sorolla, así como otra para Goya y una galería sobre Benlliure. Además, se han puesto en marcha las actividades de la asociación de Amigos del San Pío V, que también se asegura que arranca con muy buen pie. Sin embargo, tantas buenas iniciativas no se han traducido en resultados contantes y sonantes.

Los visitantes llegan en mayor medida, según las cifras oficiales, pero se iban sin que la tienda del San Pío V se viese beneficiada de esa masiva asistencia. Resultado: puertas cerradas, cristales tapados y rótulos que anuncian una librería inexistente.

Interrogada la Conselleria de Cultura sobre el beneficio que generaba la tienda al San Pío V, desde el departamento de Johnson se aseguraba en mayo que «no es un espacio que genere beneficios significativos». Y tanto.

Cuando preguntan los visitantes, los trabajadores del museo se limitan a informar de lo evidente: «está cerrada». En la cafetería se da una aclaración algo más esperanzadora: «Está fuera de servicio de momento». Ya veremos cuánto dura el momento. Hay instantes eternos. La tienda del IVAM, por ejemplo, permanece cerrada y va camino de cumplir medio año clausurada, a pesar de que el Instituto Valencian de Arte Moderno anuncia una cantidad de visitantes anuales por encima del millón de personas. Lo mismo sucede con el Centro del Carmen. En su primer año de funcionamiento aseguró recibir más de 170.000 personas, al igual que el MuVIM. Este último es el único de los cuatro primeros museos de la Comunitat donde se dispone de tienda comercial.