Borrar
Primeros pasos en la literatura
Alternativas

Primeros pasos en la literatura

Cuatro nuevas iniciativas del mundo editorial arrancan en Valencia a pesar de la crisis

BURGUERA

Lunes, 25 de junio 2012, 20:02

En los malos momentos, la necesidad de leer y escribir sobrevive. Incluso en los peores, como ocurría cuando Ana señaló a su padre, Otto, un pequeño libro que tenía intención de utilizar como diario. Un mes después, ella y su familia iniciaron una vida en la clandestinidad. Corría el año 1942. Amsterdam. De toda la familia Frank solo quedó vivo Otto, que decidió hacer público el diario de su hija Ana. Afortunadamente, no estamos en guerra. Pero tampoco estamos en paz. Y en estos tiempos convulsos también hay gente en la Comunitat Valenciana que apuesta por las letras, los libros, las librerías. No renuncian a escribirlos o editarlos, a reconvertirlos a los nuevos formatos tecnológicos. A pesar de todo, el mundo sigue girando.

Al filo del rescate, en Valencia se inauguran editoriales, como El Búho de Minerva; se abren librerías, como Rana Books; se escribe una primera novela, como ha hecho Javier Pellicer con 'El espíritu del lince'; o se pone en marcha un negocio innovador en el que se conjugan cuentos con un siglo de historia con tecnologías aparecidas hace menos de una década, como protagoniza el equipo de Itbook con su aplicación para tabletas.

Y no será por los ánimos recibidos. Cuando anunciaron que daban un paso al frente, pocos fueron los que les alentaron. En este sentido, Susana Alfonso, fundadora de El Búho de Minerva, lo mantuvo en secreto al principio. «No se lo comuniqué a nadie hasta que había comenzado. No quería recibir consejos negativos, lógicos por otra parte, pero me dejé llevar por mi instinto», explica Alfonso, que ha debutado lanzando la novela de Manel Gimeno 'El misterio de Bolaños'.

«Durante mucho tiempo mi pasión por escribir fue algo tan íntimo que nadie más que yo lo sabía. Poco a poco fui abriéndome. Mi familia y mis amigos me apoyaron. Y en cuanto a los medios de comunicación, soy un afortunado», indicó Pellicer, que después de varios meses en el paro ha vuelto a encontrar trabajo ahora. Si eso no es suerte...

«No daban crédito ¿edición de contenidos infantiles para tabletas? Les parecía ciencia ficción, pero cuando ven que tienes ilusión y un plan de empresa que defiendes, se rinden y te apoyan», indica Arturo Puig, de Itbook. Aún lo tuvo peor Christina Gebbia, propietaria de Rana Books, librería situada en una esquina de la avenida Antiguo Reino de Valencia: «El único apoyo que tuve fue el de mi marido. Las personas más cercanas pensaban que no iba a poder, y además, que es mal momento, y que en Valencia nadie va a querer nada en inglés... Me hace gracia también que mucha gente piensan que Rana Books es una franquicia. Ojalá, así habría tenido un guión para seguir».

Ninguno se arrepiente

A pesar de tan negros augurios, es unánime entre los cuatro (escritor, editora, librera y creadores de contenidos para tabletas) la satisfacción de haber dado el paso adelante. Ninguno se arrepiente. «Para nada, he sabido siempre donde me metía», asegura Alfonso. «En absoluto», señalan desde Itbook. «Hay muchísimas cosas por venir», anuncia Christina. Javier Pellicer va más allá: «Para mí, ha supuesto un antes y un después en mi vida haber escrito y publicado 'El espíritu del lince'».

¿Resultados? Pues en algún caso, los planes han salido tan bien como le salían a Hannibal Smith en el Equipo A, y están igual de encantados, como en Itbook: «Las cosas nos van mejor de lo que podíamos imaginar cuando empezamos. Apostamos por los cuentos infantiles con narrativa interactiva y contenidos educativos, y vemos que echándole ganas y horas se crece».

«Cada día me sorprendo. Al inventar la librería, pensé que solo entrarían extranjeros, pero no es así. La acogida de los talleres ha sido extraordinaria», admite la propietaria de Rana Books. La creadora de El Búho de Minerva, por su parte, asegura que «no nos podemos quejar» respecto a la marcha de 'El misterio de Bolaños'. «Se va vendiendo, poco a poco, como un goteo. No podemos llegar a las grandes librerías, pero al distribuir nosotros mismos, los libreros pueden quedárselo en depósito todo el tiempo que sea necesario, y así está más tiempo a la venta», explica Alfonso en el mismo tono que Pellicer: «Hay muy pocos escritores en nuestro país que puedan alardear de ganarse la vida con sus libros. Es una profesión para llenar la mente y el alma, no el bolsillo».

Tanto ilusión, sin embargo, no pretende ocultar que la realidad no es mala, sino peor. «Está tan mal como parece, claro, pero no hay que pensarlo, hay que trabajar y ver no sólo las contrariedades, sino también lo que hay de positivo, las ventajas de cada sector y aprovecharlas. Hay que ser conscientes pero resolutivos», considera Alfonso, en sintonía con Pellicer: «Las cosas están incluso peor de lo que la gente imagina desde fuera».

«Las casas editoriales apuran mucho antes de aceptar a un escritor primerizo. Necesitan desesperadamente vender para mantener sus negocios. Tuve mucha suerte de que mi novela interesara a una editorial consolidada como Pàmies», asegura el autor de 'El espíritu del lince', una dificultad en la que insiste Gebbia desde Rana Books. «Es muy, muy duro empezar con una librería como la mía. He tenido suerte de tener un marido que le encanta el bricolaje y ha diseñado toda la tienda y toda la familia hemos participado pintando y cargando cajas», comenta la librera.

En Itbook explican su resistencia al pesimismo como el paso a una dimensión nueva: «Una vez que te has puesto en marcha, la sensación que tienes es la de haber pasado al otro lado, olvidarse de la crisis y apuntarse al optimismo».

Al deseo de superar los problemas de cualquier empresa que empieza se contrapone el miedo, ese sentimiento tan poderoso como paralizante. «El miedo lo he hecho desaparecer, porque si me lo planteo no haría nada. El miedo anula. Me niego a dejarme llevar por el espíritu pesimista que están engendrando dentro de nosotros», afirma la fundadora de la editorial El Búho de Minerva, una actitud que Arturo Puig cronometró: «El miedo a arrancar dura diez minutos: coges aire, aguantas la respiración y te lanzas, lo siguiente es ilusión por seguir adelante. El mercado de la edición digital es muy nuevo. Quedarse parado no te va a salvar».

Pellicer admite que siempre «hay un cierto temor a emprender nuevos caminos. Pero llevo trabajando tanto tiempo que el miedo queda en un segundo plano. Cuando existe pasión por algo, el resto es secundario». Esa misma pasión es la que impulsó a la librera de Rana Books, «porque he soñado con ello desde hace mucho tiempo. El único miedo, siendo madre de tres niños, era compaginar la vida laboral con la vida personal, pero hay que lanzarse».

Como cantaban y silbaban los crucificados Monty Phyton en 'La vida de Brian': «Siempre mira el lado brillante de la vida».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Primeros pasos en la literatura