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J. BATISTA
Miércoles, 27 de junio 2012, 21:22
La construcción de la presa de Estubeny, en el río Sellent (afluente del Júcar), tendrá que esperar a que mejore la coyuntura económica. Y eso que se trata de una infraestructura de seguridad pensada para controlar las avenidas de agua que periódicamente se dan en el río más importante de la Comunitat, cuyo régimen de caudales, muchas veces extremo, provoca desbordamientos y crecidas que afectan a las zonas próximas a sus riberas. No en vano, fue proyectada tras la pantanada de Tous.
Pese a su importancia, el Boletín Oficial del Estado (BOE) oficializó ayer la renuncia del Ministerio de Medio Ambiente a la contratación de una empresa para la redacción del proyecto constructivo. Era el primer paso para que la infraestructura se convirtiera en una realidad en un futuro no muy lejano.
El pasado 14 de diciembre el BOE publicó la licitación para esta asistencia técnica por un importe de 1,09 millones de euros y un plazo de ejecución de dos años. Sin embargo, en mayo, apenas cinco meses después, se dio marcha atrás con la suspensión del proceso. Según rezaba el anuncio del Boletín, todo se debió a «razones presupuestarias». La publicación de ayer no hizo más que oficializar la renuncia a una obra que ya lleva demasiados años en stand by.
Tal y como establecían los pliegos técnicos del proyecto, publicados en diciembre, los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) decidieron solicitar la asistencia de una empresa externa ante la complejidad de la obra y la imposibilidad de tener listo el proyecto a tiempo.
La historia de Estubeny empieza en octubre de 1982, cuando las lluvias torrenciales de esos días, de las más fuertes que se recuerdan, influyeron en el colapso de la antigua presa de Tous. El resultado fue fatal, con más de 30 víctimas mortales. Tras el luctuosos suceso, en 1985 se redacta el Plan general de defensas contra avenidas en el río Júcar, que contempla, entre otras, la construcción de una presa de laminación en Estubeny para controlar el caudal del afluente del Júcar y evitar inundaciones en la comarca de la Costera. Su importancia queda refrendada en el plan de cuenca actual (1997), donde vuelve a figurar. Dos años después, el Plan global frente a las inundaciones en la ribera del Júcar redactado por la Confederación vuelve a incluirla junto a otras dos presas, la de Montesa (río Cáñoles) y Marquedaso (Magro). El objetivo de las tres es el mismo: controlar las riadas de los afluentes directos o indirectos del Júcar. En el Plan Hidrológico Nacional aprobado en 2001 también aparece la infraestructura citada, que consigue la consideración de interés general.
Las tres presas pendientes de ejecución no son las únicas actuaciones para evitar las consecuencias de las crecidas del río más caudaloso de la Comunitat. Otras, como la de Bellús, Escalona y la nueva de Tous sí están en funcionamiento. También se ha acometido el acondicionamiento de los cauces del Magro y el Albaida en el punto donde se unen con el Júcar.
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