El González Martí sólo exhibe el 10% de sus fondos por falta de espacio

Ojalá González Martí fuera el señor Scrooge y esto un cuento de Navidad. Ojalá el Museo de la Cerámica fuese un mapa del tesoro y el pirata Jack Sparrow pudiese desenterrarlo. No. González Martí no fue un avaro. Al contrario. Y el palacio del Marqués de Dos Aguas no es una isla desierta por descubrir. El museo quiere ser generoso y desea enseñar sus fondos, pero no puede. No tiene sitio. Espera que alguien se apiade de él desde hace 10 años, una década sin el más mínimo avance en el asunto de su ampliación, de tal modo que las donaciones siguen produciéndose, el Gobierno continúa asignándole nuevos fondos y sus documentalistas mantienen su labor de catalogación de piezas, pero la falta de espacio obliga a ocultar el 90% de sus fondos. Sólo se expone un 10% de todo lo que se dispone. Nueve de cada diez piezas del Museo de la Cerámica y las Artes Suntuarias González Martí permanecen ocultas por falta de espacio.

Los que tengan niños pueden observarles jugar a la patata caliente: se pasan la pelota y pierde quien la tiene cuando finaliza una cuenta atrás. El que no tenga niños puede presenciar cómo entre las administraciones practican ese mismo juego de quitarse el muerto de encima en lo referente al Museo de la Cerámica. Unas veces es la Generalitat la que pide su gestión. Ahora no la pide, claro. Otras veces el Ministerio no realiza asignación presupuestaria para ampliar el recinto. Ahora sí; para 2012 incluye una partida de 700.000 euros. Y por otro lado está el Ayuntamiento de Valencia, donde aprenden sueco con tal de desvincularse de una operación en la que es preciso la licencia municipal para alterar la estructura interna del espacio donde se debería realizar la ampliación.

Y como no hay más espacio, pero sí continúa la investigación de las miles de piezas que aún quedan por catalogar, pues cada año incrementan los fondos guardados en los almacenes el Museo de la Cerámica. Apenas pueden verse unas 2.000 piezas, a pesar de que se dispone de cerca de 26.000 obras ya clasificadas, todo un ejemplo de cuello de botella cultural que se da de bruces con la anunciada política de aprovechamiento y difusión del patrimonio propio, que será nuestro pero como si fuera de Luxemburgo, ya que los valencianos no lo pueden ver.

En 2008, ya se explicó desde el museo que el porcentaje de piezas expuestas respecto a las almacenadas era de apenas el 85%. Fuentes del González Martí confirmaron a este periódico que la bola sigue creciendo. Ya se alcanzó el 90% de material pendiente de salir de los armarios. Se exhibe el 10% restante.

Desde el Ayuntamiento de Valencia se muestra tradicionalmente una tenue disposición a tomar el toro del González Martí por los cuernos. Fuentes municipales aseguran que el Consistorio está dispuesto a colaborar pero que la gestión y propiedad del recinto es del Estado.

¿Qué dice el Ministerio de Cultura? LAS PROVINCIAS lleva meses, tanto durante el mandato de González Sinde como actualmente, tras la llegada de Wert en diciembre, demandando información a través de reiterados correos electrónicos (la vía que establece el propio ministerio para responder preguntas) sobre cuál es la situación de la ampliación, por qué razón todos los años aparecen y desaparecen asignaciones en los Presupuestos Generales del Estado para el museo y si se ha fijado un calendario para acometer este proyecto. No es seguro si en Cultura se sabe o no se sabe; sí lo es que el ministerio no contesta. Fuentes del museo valenciano señalan hacia el Ayuntamiento como el que ahora debe desbloquear un problema de licencias y permisos que impide que el proyecto de ampliación pueda llevarse a cabo. Las mismas fuentes indican que el proyecto, aprobado y presentado en 2002 por la entonces ministra de Cultura, Pilar del Castillo, precisa de licencia.