El estrés infantil puede desencadenar ataques cerebrales

Disfrutar de una situación de estabilidad emocional en las primeras décadas de vida puede resultar fundamental para evitar afecciones cerebrovasculares en el futuro, ya que los últimos estudios médicos apuntan que los niños con carencias afectivas o que sufren situaciones traumáticas durante su infancia son más propensos a experimentar problemas neurológicos en el futuro.

Una investigación del centro universitario 'Rush' de Chicago, realizada a una muestra de 1.040 personas mayores de 55 años, determina que los sujetos que reconocen haber sufrido un alto nivel de estrés emocional durante su niñez tienen tres veces más probabilidades de sufrir un derrame cerebral que aquellos que han vivido una infancia sin sobresaltos significativos. De hecho, en los tres años y medio que duró el experimento, 257 de los individuos que se prestaron a él fallecieron, y 192 de ellos murieron por daños neurológicos. Dentro de ese grupo, 89 personas habían revelado previamente en un cuestionario haber sido objeto de abusos psicológicos en la infancia.

Los resultados de este estudio, del que se conocerán más detalles en los próximos días, demuestran un vínculo directo entre un historial personal de experiencias traumáticas y el riesgo de padecer disfunciones cerebrales. Como asegura el doctor Robert Wilson, responsable del examen, las conclusiones a las que llegó su equipo no variaron después de tener en cuenta otros factores relacionados con la actividad neurológica, como la calidad de la alimentación, los niveles de ansiedad, el tabaquismo y la diabetes. Sin embargo, Wilson admite que una de las debilidades del estudio consistía en la imposibilidad de asegurarse que los sujetos recordaban esas experiencias de la infancia con la suficiente exactitud.