

Secciones
Servicios
Destacamos
BURGUERA
Lunes, 18 de noviembre 2013, 17:13
Lara Moreno lleva casi una década publicando relatos, a pesar de apenas superar los 30 años. Ahora presenta 'Por si se va la luz', su primera novela, editada en Lumen y avalada por libreros de toda España durante la campaña promocional de esta historia, la de una pareja, Nadia y Martín, que deciden abandonar la ciudad para instalarse en una aldea casi despoblada.
La idea surgió en dos tramos. En un principio, Moreno quería «meter a unos cuantos personajes en una isla. La idea del encierro me atraía, y a partir de ahí tirar del hilo del trabajo de los personajes, que perfilé como una minisociedad con todas las generaciones y un amplio abanico de actividades profesionales». Luego surgió un chispazo: «Escuché en la radio que se ofrecía repoblar un pueblo abandonado, y no me enteré ya ni de donde era ni de nada más, porque comencé a cuajar la historia en mi cabeza».
Esa historia cuenta, por un lado, cómo evolucionan los personajes que llegan al lugar donde se aíslan de la sociedad; y por otro, cómo son recibidos por los que ya están allí. Hay una segunda lectura. «A posteriori me he dado cuenta de que quizá he tocado algunos asuntos importantes para mi generación, que tiene bastante difícil compatibilizar su vida emocional y profesional. Nuestros abuelos tenían delante sota, caballo y rey. Nuestros padres rompieron barreras, pero nosotros tenemos un lío mortal porque nos han enseñado que podemos ser lo que queramos ser y estar con quien queramos estar. Eso supone que nos pasamos el día replanteándonos si somos felices, si estamos con quien queremos y si hacemos lo que nos gusta. Miramos hacia nosotros mismos en todo momento», explica Moreno, quien se siente «rara» hablando en plural, aunque sí reconoce que en su novela «aunque no realizo un discurso político, sino literario, sí expreso una incomodidad frente a un sistema que nos impone necesidades y nos ha terminado empobreciendo en los asuntos básicos mientras atendemos a una serie de caprichos. Y en la novela, los personajes, supongo que yo también, huyen de ese proyecto común que es la sociedad actual, con el fin de empezar de cero».
Moreno coloca a sus personajes lejos, aunque ella está en mitad de una vorágine de páginas. Las que escribe y las que lee. «He aprendido mucho de lengua como editora y correctora para editoriales, pero no me afecta a la hora de escribir mi novela, más allá de tener que leer demasiado y cansarme», explica la autora andaluza, que considera una transición natural, un reto, su viaje desde el cuento hacia la novela. «He ido un poco sin brújula, como dice Marías, creo. Yo soy lectora de novelas y es un género que me apasiona. Estoy cómoda en el cuento, pero como reto personal me apetecía pasar a otro género, porque cada vez tengo menos tiempo para escribir y aunque la novela exige mucho de ti, sí te permite centrarte en una historia como en este caso».
¿Y que en la faja de la novela aparezcan las opiniones, positivas, de libreros de toda España? «Pues nunca había visto que se utilizara a los libreros para promocionar un libro. Me gusta mucho que les guste la novela porque son esenciales en el mercado literario y editorial tal y como yo lo concibo. Contar con un librero del que te puedas fiar es como disponer de un faro en mitad de la niebla. Tengo ganas de conocer a algunos de los que han opinado sobre el libro», responde Moreno, una escritora que comenzó situando a sus personajes en una isla que finalmente desplazó a un páramo en mitad de una tierra que los siente tan extraños como la sienten ellos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.