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PACO MORENO
Viernes, 9 de mayo 2014, 00:13
Escupir, orinar o gritar en la calle sale caro en Valencia, sobre todo si el sujeto en cuestión es pillado por la Policía Local. Y eso es algo que pasa con más frecuencia de lo que parece, a la vista de las resoluciones firmadas en la segunda quincena de abril en el ayuntamiento. Una decena de sanciones por orinar en la calle, dos por tirar un salivazo y una larga lista que incluye una variopinta casuística de gritos, música alta y ladridos que perturban el derecho al descanso de los vecinos.
Todo tiene su traducción en euros, con algunas multas muy elevadas como la que afronta un bar en la calle Valle de la Ballestera, en Campanar, cuyo propietario chino debe afrontar el pago de 600 euros por escucharse a 30 metros de distancia los gritos de sus clientes, según figura literalmente en la resolución municipal.
Las multas por conductas incívicas no conocen fronteras, como otra que recayó en El Mustapha E. M., cuando decidió marcar el suelo con un salivazo en la calle Viana, en pleno corazón del barrio chino. A las seis de la tarde del 25 de noviembre fue pillado in fraganti por una patrulla de la Policía Local. Resultado, 150 euros de sanción por una infracción grave que consiste en realizar un acto que produjo suciedad y que vulnera un artículo de la ordenanza de limpieza urbana.
Son sólo dos ejemplos del precio de la suciedad en el 'cap i casal', aunque la tarifa es algo más elevada cuando se habla de gritos. Vociferar en la calle de madrugada sale a 200 euros y es lo que ocurrió en denuncias registradas en las calles Bachiller, Domingo Gómez, José Esteve, Mistral, Vicente Gaos, Ibiza y Guillem de Castro, entre otras.
Aunque también depende del grado de incumplimiento de la ordenanza que consideren los agentes. La música alta en un piso, molestando a los vecinos, costó 100 euros a los residentes de una casa en la calle Xiprers, mientras que por lo mismo, otros salieron a 250 euros en la calle Convento Santa Clara.
Tocar música en la calle molestando al personal es algo más barato, al suponer una sanción de 100 euros, justo la mitad de lo que tendrá que pagar el dueño de un perro precisamente en la plaza Policía Local, al que le han caído 200 euros por las molestias que su mascota causó a los vecinos.
Las sanciones por conductas incívicas no suponen nada para las arcas municipales. Las tramitadas en la segunda quincena de abril a las que ha tenido acceso este periódico ascienden sólo a menos de 5.000 euros. Responden en su mayoría a reclamaciones vecinales y en horario de madrugada.
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