Despropósito arbitral

El sabor amargo de la derrota en Xerez permanecerá durante mucho tiempo entre los blanquiazules. No pudo torcerse de peor forma un partido que al descanso parecía encarrilado. Del 1-3 se pasó al 4-3 y a la desesperación e impotencia que provoca que un colegiado, secundado por sus auxiliares, acabe con el espectáculo, destroce a un equipo y decante el triunfo claramente de parte de uno de los dos bandos. En el caso de ayer, Llorente Carcedo se cargó al Hércules y puso en bandeja la victoria al Xerez. Y al final los blanquiazules terminaron con dos menos en el campo, con Goikoetxea expulsado y encajando dos tantos de penalti, el primero de ellos inexistente. Tampoco vio uno cometido sobre Tote en la primera mitad, que habría supuesto el 0-2. Total, un despropósito.

El Hércules comenzó muy incisivo, con el primer gol supo manejar el encuentro con tranquilidad. Quiso sembrar inquietud a la meta xerezana pero sin mucha profundidad. En el minuto 6, Carlos Calvo tuvo una oportunidad pero su disparo salió a la derecha de la meta de Unai Alba. Tres minutos después, Rodri vuelve a intentarlo pero sin fruto. Respondió Carlos Verdés pero su lanzamiento salió desviado.

El Xerez se asentó poco a poco sobre el césped de Chapín y empezó a aproximarse al marco herculano. De esta forma, en el minuto 21, una buena contra andaluza protagonizada por Marco Navas y Carlos Calvo, quien no acierta a marcar. Acto seguido, Héctor Verdés cometió penalti sobre Tote, tras intentar paliar un error de Redondo, pero el árbitro no vio nada punible. Posteriormente, en el minuto 27, el Xerez dispuso de una gran acercamiento a través de Samuel. De los Santos le imitaría instantes después.

La lesión de Carlos Calvo cuando todavía no se había cumplido la media hora de juego dio entrada a Antoñito, que valió de revulsivo a los azulones, quienes llegaron con más asiduidad a las inmediaciones del área adversaria. En el minuto 38, Antoñito se interna por banda izquierda, asiste formidablemente hacia la cabeza de Yordi, que solo tiene que empujar para colocar el 1-1 en el marcador.

La alegría xerezana duraría poco. Dos minutos más tarde, el ex del Xerez, Ismael, establecería el 1-2 tras un gran pase de Farinós sobre Tote, que deja en bandeja a Ismael quien empalma por bajo un certero chut, batiendo irremisiblemente al portero Morato. Las cosas mejoraron para el Hércules que se aprovechó de la débil zaga anfitriona. En una falta en el vértice del área ejecutada por Farinós, Moreno, de forma infantil, comete penalti tras unas manos clamorosas. El propio Farinós convertiría el máximo castigo.

El gol psicológico hacía prever una debacle en el segundo tiempo. Sin embargo, los segundos 45 minutos no fueron iguales que los primeros. El Xerez salió más concienciado y empezó a disputar el choque con más riesgo.

Poco después y tras el insistente acoso de los locales, en un balón en profundidad sobre Míchel, el jugador xerezano es derribado por Unai Alba. El lanzamiento lo transformaría Yordi de forma magistral acortando las diferencias en el tanteador.

Siguió el Xerez atacando en busca de las tablas. En una de las aproximaciones se forma un barullo dentro del área y César golpea el balón con la mano en su caída de forma involuntaria. Otro máximo castigo injusto en contra del Hércules que solventa Yordi.

El juego se enrarecería, máxime cuando Tote tuvo que ser sustituido. Abandonaba el terreno de juego cuando el colegiado le mostró la cartulina roja directa. El árbitro consideró que el delantero se mofaba del público al retirarse del césped de forma parsimoniosa.

Los blanquiazules, ayer de rojo, intentaron recuperarse de la remontada, pero los andaluces, totalmente espoleados y con superioridad numérica, estaban volcados en busca de la victoria. Los corners se prodigaban sobre el área herculana. En uno de ellos, Yordi remató incompresiblemente a las manos de Unai Alba. Otro saque de esquina, ejecutado por Marco Navas, fue resuelto por Héctor Verdés, tras una melé, llevando la alegría a las gradas de Chapín y colocando el 4- 3 definitivo. Aún daría tiempo para que el protagonista del encuentro, Llorente Carcedo, expulsara a Mariño y, por mediación de su asistente, a Goikoetxea, totalmente airado por la actuación del trencilla.