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B. S./M. B.
Sábado, 4 de octubre 2014, 01:10
El escándalo de las tarjetas de crédito opacas o 'fantasma' de Caja Madrid, porque supuestamente ni tributaban por esos ingresos sus beneficiarios, ni había control alguno sobre el gasto, no existían en la extinta Caja del Mediterráneo. Al menos como tal, según diversos testimonios recogidos por este diario entre los miembros de los dos últimos consejos de administración.
«Lo extraño sería que no tuviéramos tarjetas de empresa», explica un conocido consejero, quien recuerda que, hasta el año 2007, antes de la llegada de Modesto Crespo Martínez a la presidencia de la entidad, los únicos beneficiarios de las tarjetas de crédito de empresa para sufragar gastos de representación eran el presidente, los tres vicepresidentes y el comité de dirección, entre ellos el director general López Abad y la adjunta María Dolores Amorós. Después de 2007, las tarjetas se generalizaron más o, al menos, se ampliaron a diversos miembros del consejo y la comisión de control.
La diferencia de las tarjetas empresas CAM para consejeros y directivos de las de Caja Madrid y Bankia es que en la entidad alicantina se exigía justificar el destino del dinero (principalmente comidas de tipo 'institucional'), según las fuentes consultadas. El saldo de crédito, además, estaba limitado para el gasto de representación. «Otra cosa es que quien tuviera la tarjeta realmente tuviera algo que representar», explica no sin ironía un importante consejero de la fenecida CAM.
Otro veterano vocal del consejo de administración durante la etapa de Crespo e incluso los mandatos de Vicente Sala y Román Bono Guardiola asegura que él sí tuvo una tarjeta de empresa CAM para «gastos de comidas de representación». Asegura que la usó media docena de veces, más o menos. Y siempre comunicó al comité de dirección y al departamento de contabilidad cuánto gastó y cuántos eran los comensales. «El gasto estaba controlado y fiscalizado por los de arriba, no eran tarjetas 'fantasma' u opacas como las de Caja Madrid», sentencia.
Los consejeros por Murcia José García Gómez y Juan Bernal aseguraron ayer a este diario que nunca tuvieron una tarjeta de empresa CAM para gastos de representación. Sí la tuvo el último presidente de la comisión de control, Juan Ramón Avilés, quien está acusado también por varios delitos, junto al exdirector López Abad, en la pieza separada sobre los créditos concedidos a su empresa promotora, representada por una familiar.
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