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Jueves, 30 de octubre 2014, 01:29
Absoluto silencio y paralización casi absoluta de la actividad municipal fueron las consecuencias ayer en el Ayuntamiento de Alicante del último rifi rafe entre la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y los presidentes del PP autonómico, Alberto Fabra, y provincial, José Císcar.
El desencuentro y las presiones a Castedo desde su partido fueron la comidilla durante toda la jornada en los pasillos de los grupos de la oposición y motivaron más de una conversación entre los concejales del equipo de gobierno que, sin embargo, se negaron a hablar públicamente de lo que ha pasado y lo que va a pasar.
Hasta los más críticos con Castedo decidieron ayer guardar silencio, a la expectativa, para estudiar primero por dónde van a respirar las instancias superiores en los próximos días. Eso sí, descartaban por completo la opción de la moción de censura contra la alcaldesa y destacaban la importancia del comunicado emitido, por primera vez, por el PP provincial, para dejar sentada su postura.
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