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La regidora y el vicealcalde mantienen el secretismo sobre cuándo van a dimitir

E. M. L.

Martes, 23 de diciembre 2014, 00:03

La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, se enteraba ayer de la citación para declarar por el caso Rabasa en el transcurso del último Pleno municipal del año que, según las informaciones que transmiten fuentes del partido, podría ser también el último que preside.

Una sesión que estuvo una vez más marcada por las constantes referencias de la oposición a sus imputaciones y su presunta relación de amistad con el empresario Enrique Ortiz y en la que se enfrentó a una pregunta de EU acerca de cuándo va a dimitir. El portavoz, Miguel Ángel Pavón, la acusó de estar «faltando al respeto» a los alicantinos con su actitud y le pidió que aprovechase la sesión pública para informarles sobre cuándo se irá. «Está en su mano terminar con el esperpento en el que ha sumido a esta ciudad», apuntó.

Sin embargo, la primera edil eludió darle respuesta en el Pleno y le aseguró que lo haría por escrito. Una manera de mantener la incógnita sobre la fecha de su marcha, que ya advirtió hace unos días que sería cuando le «apetezca» y «sin avisar». La regidora se enfrentó también a una propuesta de reprobación como concejal de Turismo y Playas, en este caso de manos del representante de UPyD.

Llopis dejó a un lado las acusaciones por presuntos delitos de corrupción y se centró en su gestión al frente de Turismo, que consideró que ha sido «escasa». La acusó de dejarlo todo en manos del Patronato Municipal, «que con la calderilla que le han dado no ha podido hacer más».

Los portavoces de EU, Miguel Ángel Pavón, y del PSOE, Miguel Ull, secundaron la propuesta, que fue rechazada por los votos de los concejales del PP. En esta ocasión sí que intervino Castedo, para arremeter contra Ull y Llopis. Sorprendentemente Pavón, que suele ser la diana de sus intervenciones más acaloradas, ayer se libró.

A Ull y a Llopis les preguntó qué deberían hacer entonces sus partidos ante su «dejación de funciones y la inactividad escandalosa», para después pasar a citar, una a una, todas las actividades y viajes promocionales realizados por el Patronato Municipal de Turismo este año. «Critiquen lo que les guste más o menos, pero no el trabajo del Patronato», les pidió. «Si lo hace bien será porque su dirigente también», concluyó.

El vicealcalde, Andrés Llorens, a quien la semana pasada abrieron juicio oral por el caso Magallanes, fue objeto de dos propuestas presentadas por vía de urgencia, dado que cuando se conoció este nuevo paso en el proceso judicial ya se había acabado el plazo para presentar mociones y preguntas.

Desde UPyD intentaron que se debatiese y votase una moción de urgencia en la que reclamaba que el Ayuntamiento impidiese en el Reglamento Orgánico del Pleno que un imputado pueda presidir de manera accidental el Pleno. Lo hizo en clara alusión a Llorens, que sustituye a Castedo cuando se ausenta de las sesiones. No obstante, el PP rechazó la urgencia con su mayoría, por lo que no se llegó a debatir la propuesta.

El concejal socialista Gabriel Moreno, por su parte, planteó al vicealcalde una pregunta 'in voce', permitida por el Reglamento del Pleno, por lo que el PP no pudo vetarla. El edil quiso saber si Llorens va a dimitir antes de que sea juzgado. «No tiene derecho a sentarnos a todos en el banquillo», le espetó. Llorens tampoco quiso contestar en ese momento y se acogió a la posibilidad de hacerlo en el próximo Pleno.

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