

Secciones
Servicios
Destacamos
L. C.
Miércoles, 31 de diciembre 2014, 01:50
La tragedia ocurrida en la casa de campo de Villena ha sacudido con fuerza a dos familias amigas, cuyos hijos, Juan N. y Miguel G., de 28 y 26 años respectivamente, habían forjado una amistad que duraba años, según certificaron vecinos de la pedanía de Las Virtudes que conocían a los chavales. Los muchachos iniciaron su andadura juntos por sus padres, pero además coincidieron en el mismo colegio, lo que unió la relación. Así, ambos estudiaron en el Colegio Concertado APA La Encarnación de la localidad del Alto Vinalopó. De hecho, en el muro de Facebook de Juan puede verse una foto de 1997 en la que aparece junto a su amigo Miguel en el Parque del Retiro, en Madrid.
La Policía Judicial de la Guardia Civil de Villena, junto con la de Albacete y el equipo de Criminalística desplazado al lugar de los hechos, pretende desvelar qué se produjo en una casa de campo en la que los dos muchachos habían estado en multitud de ocasiones. De hecho, todo hace indicar que cuando J. N. recibió el hachazo mortal se encontraba con M. G. para preparar la Nochevieja.
El muchacho de 26 años, cuyos padres eran los dueños de la finca de más de 25.000 metros cuadrados de superficie, había seguido los pasos de su padre, farmacéutico de profesión. Estudió la carrera en Valencia, aunque parte de ella la completó con una beca Erasmus en la ciudad italiana de Palermo, y estaba a punto de finalizarla. Su cuerpo fue hallado cerca de la estación de tren de Caudete tras ser arrollado por un Talgo pasadas las siete y media de la tarde.
Por su parte, su amigo de 28 años había optado por la cocina, estudios que desarrolló en Alicante. En la capital realizó el ciclo superior de Dirección de Cocina en el CdT. Su familia, muy ligada a la del otro fallecido, es conocida en Villena ya que su padre es un prestigioso cirujano del municipio, especialista del sistema digestivo. Se investiga cómo apareció tendido en el salón brutalmente atacado con un hacha, como revelan las primeras pesquisas.
Nada hacía prever que uno pudiese hacer daño al otro, ya que la relación era buena, la de una amistad desde la infancia. Sin embargo, en la tarde del día 29 de diciembre, los dos jóvenes fallecieron en circunstancias que la Guardia Civil se centra en esclarecer.
En la casa de campo se suponía que iban a coincidir con un grupo de unas doce personas para pasar el fin de año de fiesta, evento que se encontraban en esos momentos ultimando los fallecidos, según las primeras investigaciones. Algunos de esos amigos habían pasado el fin de semana pasado allí mismo, en la casa situada entre las encrucijadas de la vía verde del Camino de Santiago del Sureste y la senda que lleva hasta la Ermita de Nuestra Señora de Las Virtudes.
Los investigadores andan tras cualquier pista que pueda conectar los trágicos sucesos ocurridos en muy poco espacio de tiempo, entre dos personas que eran amigas de siempre y que, al parecer, no tenían problemas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.