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Domingo, 30 de agosto 2015, 00:56
El presidente Ximo Puig se mostró ayer en contra de que se inicie una «guerra del agua» y destacó que se trata de «un recurso natural de todos los españoles» que debe repartirse «justamente y de acuerdo a los criterios técnicos». Se refería a la decisión del Gobierno de Castilla-La Mancha de recurrir el último trasvase de 15 hm3 del Tajo al Segura. En este sentido dijo que prefiere «no judicializar un tema como el del agua, que debería estar presidido por el diálogo y alejado de electoralismos».
Puig destacó que al Consell le «preocupa como al que más» los problemas de sequía que existen en la cabecera del Tajo y en toda la cuenca, y dijo ser consciente de que «probablemente vamos a disponer en el futuro de menos recursos». Eso sí, señaló que el Consell exigirá «en todo momento» el «cumplimiento escrupuloso de la normativa que regula el acuerdo Tajo-Segura». Además, se refirió al «famoso» memorándum del trasvase como una «gran estafa» y apostó por buscar una solución «desde el diálogo».
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