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P. PARDO
Viernes, 20 de noviembre 2015, 01:02
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, no pudo evitar en su visita a Alicante que le salpicara la polémica que mantiene con la Diputación Provincial, principal institución que retiene el PP en la Comunitat Valenciana. A su anunciado proyecto de desarrollar la Ley de Coordinación, Puig anunció ayer que el Consell aprobara antes de finalizar el año tres decretos relativos a las competencias del deporte: uno para decidir sobre las prioridades del gasto en grandes eventos; otro sobre políticas deportivas de base y un tercero más en materia turística, área donde «no puede ser que las instituciones compitan».
Y es que la Generalitat mantiene una secretaría autonómica de Turismo (que en tiempos tuvo categoría de Conselleria), mientras que en las provincias funcionan los patronatos propios, en Alicante el de Costa Blanca, que dirige el vicepresidente Eduardo Dolón.
Quitarle papel político
Aunque rechazó las críticas del presidente de la Diputación, César Sánchez, de tratar de acabar con las provincias, manifestó que todos los grupos parlamentarios de Les Corts, menos el PP, apuestan por «redefinir el papel de las diputaciones para quitarle el papel político, que a mi parecer es bastante inconstitucional».
En su opinión, las diputaciones provinciales carecen de competencias en «planificación económica», en referencia a la zona franca del puerto que promueve la institución, y subrayó que deben dedicarse fundamentalmente a apoyar a ayuntamientos y municipios. «Ese es su espacio natural» porque «ni tienen competencias en puertos ni en planificación económica», ni tampoco existe lo que algunos llaman «gobierno provincial», en alusión al sobrenombre que utiliza la Diputación Provincial de Alicante.
Sobre estos organismos, apostó por buscar «las máximas sinergias posibles» en pro de la «conectividad de las instituciones». «El papel de las diputaciones es ayudar a los municipios y coordinarse con la Generalitat en cosas que se puedan hacer conjuntamente». A preguntas de los periodistas, Puig aseguró que no tiene «ningún problema» en dialogar con el presidente de la Diputación alicantina, el popular César Sánchez. Sin embargo, no acudió a la presentación del estudio sobre la zona franca del puerto que se hizo en la Oami, a escasos cien metros de la Ciudad de la Luz, donde Puig participó en su consejo de administración.
Con respecto a este evento, al que sí acudió el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, Puig comentó que el Gobierno central ha tenido cuatro años «para hacer muchas cosas y no ha hecho nada» efectivo para la ciudad y la provincia. Cree que la presencia del ministro se inscribe dentro de la campaña electoral.
Pidió a los dirigentes políticos que no «sobreactúen» con este tema y añadió que su «adversario no es la Diputación de Alicante, ni de lejos».
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