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Rita Barberá escucha la pregunta de un periodista ayer.
La exalcaldesa insinúa que no irá al «tribunal inquisitorial» en Les Corts

La exalcaldesa insinúa que no irá al «tribunal inquisitorial» en Les Corts

J. C. F.

Viernes, 26 de febrero 2016, 01:10

Rita Barberá tiene que comparecer el próximo lunes en Les Corts. Así lo ha solicitado Podemos, que quiere que explique su relación con el 'caso Taula' y si el supuesto blanqueo puede afectar a su labor en el Senado. La exalcaldesa no está obligada a ir -sólo tendría que hacerlo si se tratara de una comisión de investigación-. Y además, ayer dejó claro que no está por la labor. Barberá expresó su deseo de colaborar «con la justicia constitucional española». Y a renglón seguido, especificó que no se piensa someter «a tribunales populares, inquisitoriales y totalitarios, como los que pretende la izquierda radical». La alusión a la comisión del lunes fue evidente, aunque cuando se le preguntó si descartaba acudir a esa comparecencia, se limitó a señalar que tendría que estudiarlo.

Barberá fue contundente para referirse a Podemos, el partido que solicitó esa comparecencia, y señaló que «la izquierda radical actúa al modo del más rancio comunismo, como Errejón». La exalcaldesa también cargó contra Ciudadanos, cuyo portavoz reprochó el miércoles el «halo pestilente a corrupción» de Barberá. «Ese halo pestilente es por los rumores sobre su financiación. Porque cómo puede un partido sin estructura ni militancia, y sin subvenciones del Estado, acometer tres campañas electorales seguidas y con más medios que el partido más grande», reflexionó.

Barberá también señaló al PSOE por sus casos de corrupción, y emplazó a Pedro Sánchez a solicitar dimisiones en Andalucía, a Abel Caballero, investigado por aceptar un regalo, o incluso la del secretario general del PSOE gallego, Gómez Besteiro, «que arrastra cuatro imputaciones».

Deslealtad

Ni uno solo de los dirigentes del PPCV acompañó ayer a Barberá en su comparecencia ante los medios de comunicación. Una prueba evidente de la distancia aparecida entre la senadora y la dirección regional, y cuyo punto álgido se alcanzó con la filtración de un mensaje de teléfono móvil enviado por la exalcaldesa «a dos personas» de la dirección -una de ellas era Isabel Bonig-, y cuyo contenido terminó filtrado a la prensa. «No eran dos mensajes iguales, de modo que ya conozco el ánimo filtrador de quien lo hizo público», dijo.

Eso sí, la senadora explicó que con ese mensaje no pretendía amenazar con «tirar de la manta», sino trasladar el «dolor por la deslealtad» que suponía el hecho de que ella se hubiera «jugado la cara» -en alusión a su mediación ante Génova para defender la candidatura de Bonig- y que, pese a ello, la cúpula del PPCV también se hubiera sumado a la exigencia de explicaciones.

Barberá tuvo una mención además para Alberto Fabra. A la senadora le preguntaron por un comentario del exlíder del PPCV -que siempre mantuvo una relación gélida con la exalcaldesa- en el que consideraba «raro» que ella no supiera lo que pasaba en el PP de la ciudad. «Pregúntenle a él, que no se enteraba de mucho de lo que pasaba en su època», zanjó.

A Barberá se le preguntó también por su exnúmero dos. Y ella reconoció que la relación con su exvicealcalde era «distante y fría». ¿Por qué? La senadora explicó que el distanciamiento con Grau arrancó de su decisión de apartar de la lista para el Ayuntamiento a la mujer de Grau, María José Alcón, cuando se hicieron públicas las grabaciones en las que aparecía con Benavent.

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