La Guardia Civil sospecha que el PP de Valencia también blanqueó dinero con la lotería

La Unidad Central Operativo (UCO) de la Guardia Civil sospecha que el PP de Valencia no solo usó para blanquear su caja B las falsas donaciones de mil euros. Los investigadores están convencidos de que el grupo municipal que dirigía Rita Barberá también usó la venta de de lotería de Navidad para lavar dinero negro.

La pista la dio una de las libretas con asientos contables a mano encontradas durante los registros de la 'operación Taula' en poder de la secretaria del grupo y mujer de confianza de Barberá, María del Carmen García-Fuster. En la libreta denominada 'Deutsche Bank' aparece en el 'haber' bajo el concepto «ingreso lotería» 60.000 euros anotada en diciembre pasado. En el 'haber' de esa libreta solo figuran como ingresos las falsas donaciones, la lotería, las cuotas de los afiliados y los intereses de la cuenta.

Lo que ha llamado la atención de los investigadores es que la lotería se compute como ingreso antes de que se pagara. La compra de la lotería se registra días después.

Las sospechas de que había algo turbio en la venta de la lotería de Navidad se vieron confirmadas el pasado 26 de enero, cuando la exconcejal María José Alcón confesóque García-Fuster aprovechaba la confusión de billetes de las ventas de participaciones para blanquear. «El partido hacía lotería para ganar fondos. Coincidiendo con la recogida de la lotería en el grupo municipal, María del Carmen García Fuster le daba un billete de 500 euros que la manifestante tenía que devolverle en billetes más pequeños», señalan las actas de la declaración de Alcón ante la UCO.

La Guardia Civil ha preguntado a numerosos investigados y testigos sobre la lotería, aunque ninguno más confesó haber recibido junto a las papeletas billetes de 500 para devolverlos con otros de menor denominación. Cinco revelaron que eran casi obligados a «recoger un taco de lotería de 100 papeletas a 5 euros cada papeleta» y que «de no ser vendidas tenían que devolver las papeletas sobrantes y abonar el importe total del recargo, siendo este de 100 euros».

El dinero de la venta llegaba al PP en billetes pequeños, que podía ser ingresado sin problema en sus cuentas. De dónde salía el dinero para la compra de los décimos es un «misterio» porque en la contabilidad en la que se apuntó como «ingreso» el dinero recaudado por las participaciones no hay anotaciones previas de salida de fondos para adquirirlas.