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R.A.
Martes, 31 de mayo 2016, 02:04
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, consideró ayer «urgente» pasar de «una cultura de la reacción a una cultura de la prevención, que debe convertirse en una dimensión esencial de la política exterior». Agregó que hay que utilizar las embajadas en zonas en riesgo de conflicto a «modo de antenas de alerta temprana» para informar al Consejo de Seguridad de la ONU de las situaciones que «puedan degenerar en amenazas a la paz y seguridad internacionales».
García-Margallo intervino en la primera Conferencia Internacional de Diplomacia Preventiva en el Mediterráneo, inaugurada ayer en Alicante, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores español y Casa Mediterráneo, y que nace con vocación de permanencia, según el ministro en funciones. Durante la apertura se guardó un minuto de silencio por las centenares de refugiados muertos en el Mar Mediterráneo.
Esta conferencia tiene lugar una semana después de la Cumbre Humanitaria en Estambul, en la que la diplomacia preventiva ocupó un lugar destacado, y se produce en un momento en que el Mediterráneo es escenario de graves conflictos que amenazan a la paz y seguridad regional, y provocan dramas humanitarios como la actual crisis de refugiados y desplazados. Representantes de países de la región, de Naciones Unidas, de la UE y de organizaciones regionales, junto con expertos, debatirán y realizarán aportaciones en la materia.
En su intervención y en una rueda de prensa posterior junto con dos de los candidatos a la Secretaría General de las Naciones Unidas, António Guterres e Irina Bokova, entre otros, García-Margallo incidió en que España ha situado la mediación y la diplomacia preventiva como una de las prioridades de su política exterior.
Guterres consideró que los esfuerzos de la comunidad internacional deben centrarse en la prevención de las crisis y opinó que la experiencia de España de impulsar la diplomacia preventiva ha de ser seguida a nivel internacional. Mientras, Bokova resaltó, entre otros aspectos, el diálogo intercultural e interreligioso para luchar contra los extremismo.
En el acto inaugural intervinieron el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez; el alcalde de la capital alicantina, Gabriel Echávarri, y el director de Casa Mediterráneo, Miguel Oliveros. Puig manifestó que, para la Comunitat Valenciana, «los asuntos políticos, sociales y económicos de la región mediterránea forman parte prioritaria de nuestra agenda».
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