«Medio pueblo vendrá a recibirle porque, aunque lo diga su madre, es entrañable»

Paco y Lola, el padre y la madre del torero, y Estefanía, la novia, han sido tres de los pilares sobre los que se ha asentado la recuperación moral de Manuel Escribano en esta semana. Son estos tres ángeles de la guarda, quienes explican cómo está llevando estos días el torero herido. Lola asegura que «no lo veo mal, dentro de lo que lleva. Por momentos se le ve más animado. Eso sí, se viene un poquito abajo cuando piensa en los festejos que se va a perder». Además del buen número de consejos, la madre del torero ya piensa en un reconstituyente cuando Manuel regrese a Gerena, «un buen cocido y un salmorejo, con lo que le gustan, le harán venirse arriba». Cree que «medio Gerena vendrá a recibirle. Porque, aunque lo diga su madre, es un torero entrañable».

Paco subraya la «capacidad de reacción» de su hijo, algo que «ni los médicos, con todo mi aprecio hacia ellos, no llegan a conocer. Ha habido momentos complicados en estos días porque se ha sentido impotente ante la situación y no poder hacer nada». Subraya la «intensa» preparación física a la que se somete su hijo, como parte de su actividad profesional, «ésta y, por supuesto, los cuidados médicos fue la que permitió que su corazón siguiera funcionando en aquellos complicados momentos».

Estefanía, desde que tuvo conocimiento de la noticia, no ha dejado de estar junto al torero herido. Ahora, ya menos agobiada que en los primeros días, explica que «día a día vuelve a ser el Manuel Escribano de siempre. Se le nota en la cara. Eso sí, por las noches se agobia. Me llama la atención, aun teniendo en cuenta los pocos días de recuperación, lo que pone de su parte durante las tareas que le manda el fisioterapeuta. Lo veo más animado».