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Sábado, 21 de enero 2017, 01:15
Otra formación política, el PCPE, ha mostrado estos días su rechazo a la construcción de 1.500 viviendas en Cala Mosca, el último kilómetro de litoral que queda en Orihuela sin ladrillo. La formación de izquierdas considera que el Ayuntamiento facilita el negocio a las constructoras «mientras que hay trabajadores y trabajadoras que se quedan sin casa y casas sin gente», y consideran que construir en este enclave demuestra que «las fuerzas políticas de la burguesía no tienen nada que ofrecernos». El comunicado acaba con un: «Cala Mosca no se toca» y «no al negocio de la burguesía parasitaria», frases que protagonizan varias pintadas por la ciudad en nombre del PCPE.
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