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M. G.
Viernes, 9 de mayo 2014, 12:34
La escasez de precipitaciones continúa generando consecuencias en la Ribera. Si el pasado miércoles era Benifaió quien recomendaba que no se usara el agua de los grifos ni para las embarazadas ni para los lactantes ni para elaborar alimentos infantiles, ayer fue Sollana. El municipio también tomó esta decisión por el nivel de nitratos, que ha ido aumentando debido a la mayor sequedad del terreno y que, según el último análisis, rondaba los 50 miligramos por litro.
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