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A. VICENT
Jueves, 30 de octubre 2014, 00:15
Después de tres meses, la pesadilla ha llegado a su fin. Madhjouba, la joven retenida contra su voluntad en los campamentos de Tinduf por su familia biológica, ya ha llegado a casa. Noticia que celebran tanto su familia adoptiva, natural de Genovés, como sus amigos así como todos aquellos que eran sabeedores de la «injusticia» que la joven estaba sufriendo.
Sobre las cinco de la tarde de ayer miércoles, Madhjouba llegó a la subdelagación del gobierno de Alicante, hasta donde se desplazó su padre adoptivo, Batiste Llopis.
Según explicaba horas antes, la joven logró fugarse de los campamentos de Tinduf la tarde del martes. «Había quedado con un amigo que tenía coche y en un descuido cogió el pasaporte y su amigo la llevó hasta la Gendarmería», explicaba Llopis. Cabe recordar que al llegar a Tinduf la familia biológica le quitó el pasaporte y el teléfono móvil para impedir su regreso a España. «Como había interpuesta una denuncia, una orden de búsqueda y captura, en la Gendarmería tenían la orden de cogerla enseguida que saliera de los campamentos, continúa relatando el padre adoptivo, y de ahí la llevaron a la Comandancia y después a Argel».
La joven, pudo llamar por teléfono a su familia adoptiva poco después de huir del campamento para comunicarles en una breve conversación que estaba en buen estado.
Su padre insiste en que «era la tercera vez que intentaba fugarse pero las dos anteriores no le habían salido bien». Y es que, en diversas ocasiones Madhjouba había manifestado su deseo de regresar a España.
Es obvia la alegría de la familia tras conocer que iba a regresar a España. «Tenemos muchas ganas de verla porque han pasado ya tres meses», aseguraba su padre.
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