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Joaquín Batista
Martes, 2 de diciembre 2014, 20:57
El listado de los centros con mejores resultados en la evaluación diagnóstica realizada el pasado curso a los alumnos de 4.º de Primaria es variado. Hay 16 concertados y 14 públicos, tanto de ámbito rural como urbano. Algunos tienen menos de cien alumnos y otros ofertan estudios desde los tres a los 18 años. Es decir, se adaptan a realidades distintas, aunque con puntos en común: todos dan un peso especial al inglés, las familias participan de forma activa y se aplica una atención lo más individualizada posible, ya sea en clase o con actividades de refuerzo. Y todos los directores consultados coinciden en destacar como clave del éxito la calidad e implicación de sus docentes.
Médico Pedro Herrero. Alicante
Ayudas y apoyos entre alumnos de distinta edad. «La característica que mejor nos define es la familiaridad. En el centro no hay conflictos, los alumnos llegan a los tres años y permanecen hasta los 16, y lo que se intenta es que estén lo más felices posible. ¿No es más fácil trabajar en lo que te gusta? Lo mismo pasa en una clase». Son palabras de Ignacio Cirauqui, director del colegio, que en los últimos años ha aparecido entre las 60 mejores posiciones en las pruebas diagnósticas. Motivo de orgullo para un claustro de 37 docentes.
El centro, concertado, oferta desde Infantil a ESO y tiene unidades de Especial. Los estudiantes se relacionan en las aulas, independientemente del curso. «Los de Secundaria pasan por las clases de Primaria, por ejemplo a explicarles un tema de ciencias. Y los de Primaria van con los de Infantil a contarles un cuento, y a su vez, estos juegan con los de Especial», explica el director. También se refiere a la buena sintonía del equipo docente. «Hay mucha comunicación. Hablamos, preguntamos dudas, intercambiamos información sobre cómo trabajar. Es una plantilla estable», explica. Es un centro de la Red Plurilingüe, por lo que llevan varios cursos dando un peso especial al inglés en las aulas de Infantil. Y el próximo ejercicio llegará a Primaria. Cuentan con un grupo de refuerzo de lengua extranjera, y los resultados son muy buenos. De hecho, la mayoría pasan las pruebas de acreditación de idiomas de la Universidad de Cambridge, del que son centro examinador.
CRA La Ribera Alta. Sant Joanet-Benimuslem
Padres voluntarios y más horas de clase a la semana. Un Centro Rural Agrupado (CRA) atiende varios municipios a través de aularios separados físicamente. El Ribera Alta, plurilingüe y público, escolariza a niños de San Joanet y Benimuslem, aunque ya está ganando alumnado de otras localidades cercanas y más grandes. Sus clases son curiosas. No sólo agrupan a estudiantes de varias edades en el aula, lo que da ventaja a efectos de motivación y de convivencia (se ayudan entre ellos), sino que también desarrollan otras actuaciones de éxito. Han aumentado el horario lectivo -los alumnos dan 29 horas semanales, no 25-, un extra que se invierte en repasos y numerosas ampliaciones.
Los martes y los jueves organizan bibliotecas tutorizadas, en las que los protagonistas son los padres, que ejercen de voluntarios para trabajar contenidos y disciplinas, desde el teatro hasta la astronomía, pasando por el inglés. También cuentan con tertulias literarias y gestionan un huerto urbano. El objetivo, explica la responsable del aulario de Sant Joanet, Carmen Vargas, es crear una cooperativa para vender los productos y donar el dinero a una oenegé.
«Lo que buscamos es que la enseñanza sea individualizada. Si uno destaca le dejamos que llegue hasta donde pueda, aunque implique asumir contenidos de etapas superiores», apunta Vargas, que define al centro como «un bombón que hemos hecho entre todos», en referencia a su «gran equipo de profesores», a las familias y también a la colaboración de los ayuntamientos.
Trabajan con especial intensidad la formación docente y también la de las familias. Una muestra: hay cursos de inglés para que puedan ayudar a sus hijos con los deberes. También dan mucha importancia a la salud a través de un proyecto europeo para prevenir la obesidad.
Sant Pere Apòstol. Alqueria de la Comtessa
Plantilla estable y cada alumno en su curso. Es un centro público pequeño que como el resto, prefiere huir del protagonismo. «Trabajamos las competencias que se tratan en la evaluación (diagnóstica), y también se cuida mucho la programación», explica Judith Guillem, la directora. Aunque se muestran «contentos» con los resultados, insisten en que no implican que sean «mejores que otros». «No somos líderes de nada, somos una escuela más», concluye. A su juicio, la clave está en que lograron evitar convertirse en un centro incompleto, lo que obliga a agrupar a alumnos de diferentes edades en los mismo cursos. «No juntarlos fue algo fundamental porque consideramos que así podemos trabajar de manera más individualizada».
Alumnos. Se realiza todos los años a los alumnos que están en 4.º de Primaria. En la última, la del curso pasado, participaron 49.553 estudiantes de 1.324 centros.
¿Qué mide? La destreza de los alumnos en las competencias matemáticas y lingüísticas.
¿Para qué sirve? Se utiliza para detectar fortalezas y debilidades con el objetivo de establecer planes de mejora en los centros.
Aunque pueda resultar contradictorio con la experiencia del CRA La Ribera Alta, en realidad lo que se demuestra es que cada equipo docente adapta su manera de trabajar a la realidad de sus alumnos. El centro dispone de contrato-programa, que les ha permitido contar con más personal para evitar las agrupaciones, además de para reforzar el inglés en Infantil -dos sesiones semanales-, pues son un centro plurilingüe desde hace años. En Primaria se imparte Plástica en la lengua extranjera. La directora también destaca la «altísima participación» del Ampa en los proyectos del centro y del ayuntamiento, sin olvidar a la plantilla, que está muy estabilizada.
Gençana. Godella
Atender a la diversidad dentro de la misma clase. En el colegio Gençana (concertado) los alumnos no usan libros. Es el profesor el que a partir del material del aula elabora la programación, es decir, qué se trabaja en clase, cómo y cuándo. Sólo a partir de 4.º de Primaria disponen de un libro de consulta. En Bachillerato hasta se utilizan manuales universitarios, explica el director, Pedro Gil. Todas las clases tienen bibliotecas que crecen en tamaño en función del curso.
Los estudiantes desayunan en el centro, lo que «ayuda a que entiendan la importancia de la primera comida, que el trabajo de la jornada se desarrollará mejor». Y dan un peso especial a la lectura. Disponen de una librería propia en la que se pueden adquirir ejemplares que se utilizan en el aula o de autores que participan en el Carnaval Literario que organizan todos los años.
«Creemos que es fundamental la atención a la diversidad. El alumno que destaca, que va bien, arrastra al resto», añade Gil. Las clases se organizan en distintos dependiendo de la evolución del alumno. Por poner un ejemplo, los problemas de matemáticas a realizar se expresan de forma distinta en función del grupo. Y lo mismo pasa con su guía de actividades. También es habitual encontrar a más de un maestro en el aula, una manera de fomentar la atención individualizada y de trabajar necesidades específicas.
También se cuidan las actividades complementarias, que tienen una vinculación clara con el contenido curricular, con lo que aprenden en las aulas, aunque en este caso lo asimilan jugando o en un ambiente más distendido. Todas cuentan con sus normas para fomentar la socialización y la disciplina, aspectos en los que se insiste mucho. A modo de anécdota, los alumnos no pueden salir sin dejar preparados los materiales de la siguiente clase. En cuanto a idiomas, se introduce el inglés y el francés progresivamente.
Mariano Serra. Aldaia
Tutorías individualizadas para reforzar contenidos. Medio centenar de docentes trabajan en este colegio concertado, que acoge a 670 alumnos. «Trabajo, horas, un gran grupo de profesores e implicación de los padres», responde Paco Márquez, el director, cuando se le pregunta por los buenos resultados de la diagnóstica, cuyo informe oficial, el que recibe cada centro para valorar su desempeño, está colgado en el tablón de anuncios y en varias zonas comunes. Son un centro plurilingüe. Desde hace años dan más peso al inglés en Infantil y el próximo curso se ampliará su utilización hasta 3º de Primaria y en toda la ESO.
Aplican varios programas de innovación, como Educa con Música, donde se dan al alumno «pautas de aprendizaje y hábitos de trabajo» o Scratch, en el que los estudiantes, en las clases de tecnología, profundizan en programación informática para, por ejemplo, crear robots de diseño propio.
Los profesores se organizan de manera que se pueden sacar 53 clases de refuerzo adicionales en las que de manera individual -un profesor, un alumno-, se trabajan aspectos del día a día que flojean, sobre todo competencias básicas.
Carles Salvador. Valencia
Los alumnos elaboransus materiales didácticos. El colegio público, de una sola línea, participa en el proyecto experimental que consiste en usar tabletas en sustitución de los libros tradicionales. «Son los alumnos los que a través de aplicaciones elaboran los materiales con los que trabajan: presentaciones, grabaciones de vídeo y voz, esquemas conceptuales y herramientas interactivas», apunta Vicenta Guijarro, la directora.
El centro da mucha importancia a la atención individualizada, de manera que cada alumno aporta lo que mejor se le da, una especie de estructura por niveles dentro del aula. Y para evitar conflictos «se insiste mucho en la educación emocional y en el respeto». Algo que se consigue, por ejemplo, a través del trabajo cooperativo dentro del aula.
En los otros cursos tampoco el libro de texto tiene mucho peso, sobre todo gracias a las bibliotecas de aula. El trabajo por proyectos, el impulso del reciclaje y la implicación de la comunidad educativa -«en el colegio hasta la señora de la limpieza hace pedagogía»- son otras claves de sus resultados. «Hacemos lo mismo que cualquier escuela pública, aplicamos lo que aprendemos de experimentar y de otros centros», señala. Eso sí, reconoce que disponen «de una gran materia prima». Se refiere al núcleo de cualquier proyecto educativo: los alumnos.
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