«En los últimos seis años se han abandonado casi 49.000 hectáreas de cultivo»

Hace mucho tiempo que el campo valenciano no atraviesa por su mejor momento. Sin embargo, el sector mantiene sus cifras de negocio siempre que la climatología se lo permite. Como consecuencia de la crisis cada vez son más los jóvenes que deciden incorporarse a la agricultura, aunque no suele ser su primera opción.

Como recuerda a este periódico Ramón Mampel, «en los últimos seis años se han perdido cerca de 49.000 hectáreas de cultivo. La gente ve que no es rentable y decide abandonar la tierra», añadió el secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders.

A pesar de ello, considera que se podrían buscar soluciones. «En las provincias de Valencia y Alicante, la gente tiene muy inculcada la propiedad. Sin embargo, en Castellón hace tiempo que se utiliza el arrendamiento. Se alquila la tierra a alguien que quiera trabajarla y pueden salir los dos beneficiados», explicó. «En el norte de la Comunitat se trata de una práctica muy extendida. Incluso no es necesario pagar un alquiler, puesto que el campo mantiene su valor siempre que siga produciendo. Así en el futuro lo puedes vender, algo más complicado si se ha abandonado mucho tiempo».

Otro de los problemas con que se encuentran los agricultores se centra en los robos. Los ladrones ya no sólo entran en los campos y se llevan los cultivos, también en las casetas para sustraer los aperos de labranza o los cables. «En los últimos años se ha avanzado mucho, pero es muy complicado. Lo que está claro es que si desaparecen es porque luego los productos tienen salida. Por ahí tendríamos que tratar de cortarlo».

En este sentido, Mampel reconoce que nadie debe dejar de denunciar los robos, «aunque parezca que no sirve para mucho. También necesitamos que reformen de una vez por todas el Código Penal puesto que será mucho más disuasorio». En definitiva, los «agricultores debemos sentirnos mucho más seguros en el campo».