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D. GUINDO
Martes, 6 de enero 2015, 00:03
La situación de los embalses valencianos es tan preocupante que, a no ser por las postreras lluvias de diciembre, habrían cerrado el año con los niveles más bajos de los últimos cinco ejercicios, según los datos que maneja la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
u1.370,28 hectómetros cúbicos de agua acumulaban los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar el 29 de diciembre, 85 más que en noviembre, pero 230 menos que a finales de 2013.
u19,62% de su capacidad están los pantanos de Alicante y al 26,77% los del sistema del Turia.
u500 millones de euros en pérdidas ha registrado este año el campo valenciano por la sequía.
Así, a fecha 29 de diciembre (último parte disponible), los pantanos de la Comunitat se encontraban, de media, al 40% de su capacidad, con 1.370 hectómetros cúbicos de agua embalsada; unos 85 hm3 más del acumulado a finales de noviembre gracias, principalmente, a las tormentas registradas en el último mes del año. Sin embargo, y pese a estas precipitaciones que aliviaron ligeramente el periodo de sequía que vive la región, el balance anual es menos alentador, puesto que, en sólo un ejercicio, los pantanos han perdido 230 hm3, puesto que 2013 se cerró con más de 1.600.
La situación es especialmente alarmante en los sistemas de embalses alicantinos (Marina Baja y Serpis), que han cerrado el año a menos del 20% de su capacidad; y en el sistema del Turia, que supera levemente el 25%. A todo ello, hay que sumar la voz de alerta dada por la CHJ en su último informe de indicadores de sequía. Este documento establece la situación de emergencia en los pantanos de los sistemas Vinalopó-Alacantí y Marina Alta; la situación de alerta en Marina Baja y Serpis, y la prealerta en Turia y en los sistemas de Cenia-Maestrazgo y Mijares-Plana de Castellón. Sólo el sistema del Júcar, gracias a los aportes del pantano de Alarcón, consigue cerrar el año en una situación de normalidad, pese a que los embalses únicamente alcancen el 44% de su capacidad.
Lejos quedan la situación de estabilidad registrada en 2010 y 2011, en la que prácticamente todos los sistemas se encontraban a más de la mitad de su capacidad total. Resulta especialmente sangrante la evolución registrada en los pantanos alicantinos, al 71% de su capacidad en 2011 y sólo cuatro años después, en una situación de carestía difícilmente asumible para los regantes. También ha sido experimental el descenso experimentado en los embalses del Turia que, en 2010, rozaban el 80% y ahora cierran el año a punto de dar la voz de alarma.
Esta situación ha tenido su contrapartida en el campo. La falta de agua, como ya avanzó LAS PROVINCIAS, ha provocado pérdidas en la agricultura valenciana superiores a los 500 millones de euros y, desde 2009, un progresivo descenso en el número de parcelas de cultivo. De hecho, en este tiempo, la valenciana ha sido la tercera autonomía española que más campo agrario ha eliminado en sus fronteras.
Esta «situación hidrológica excepcional», incluso, llevó al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a autorizar un trasvase extraordinario de agua desde los embalses de Entrepeñas-Buendía, a través del acueducto Tajo-Segura, de 20 hectómetros cúbicos durante el mes de diciembre, tal y como ya informó este diario.
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