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Gasolina por la cara

Los empresarios piden un endurecimiento de las penas al duplicarse también los robos que sufren en las tiendas

A. QUEVEDO

Miércoles, 21 de enero 2015, 00:17

Ponen gasolina, se montan en su vehículo y se van sin pagar, la mayoría con el depósito lleno. Las 700 gasolineras, aproximadamente, que hay en la Comunitat, lo sufren. «La media está entre tres y cinco robos al mes en cada una de las estaciones de servicio», señala Juan José Sánchez, presidente de la Federación Mediterránea de Estaciones de Servicio.

La solución, según Prats, «poner en las estaciones el prepago, aunque molesta mucho al cliente y nosotros perdemos litros por venta y, por supuesto, que cambie la legislación», señala. Mientras, para la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles de la Comunitat es «denunciar». Sus 280 asociados en las tres provincias denuncian cada robo que padecen. «Además de pagar lo defraudado, los ladrones deben pagar una multa. Si denuncias ya no vuelven por la gasolinera», apunta su presidente, Alejandro Ripoll. Estos robos suponen unas pérdidas de 60.000 euros mensuales en la Comunitat, según los cálculos de la Federación Mediterránea.

De clase alta, media y baja. No importa. «Algunos tienen muy buena presencia», comenta Ripoll, quien señala que el método es más que sencillo: «Te dicen que se echan ellos mismos el combustible, aunque haya empleados para tal fin. Cuando terminan se van sin pasar por caja». En estos casos, cuando le llega al defraudador la citación judicial decide pagar antes para evitar «el mal trago del juicio». Pero para las gasolineras denunciar supone, además de dinero, tiempo. «50 euros se pueden convertir en 300 euros, además de todo el tiempo que se pierde en ir a denunciarlo o al juicio», señala Sánchez, quien tuvo un juicio en el que le defraudaron 60 euros y el juez le impuso una multa de 120 euros «y han pasado dos años y sigue sin pagar», apostilla.

Quesos a patadas

Si las gasolineras tienen el problema fuera, también lo padecen dentro. Los robos en las tiendas de las estaciones de servicio están en auge. Desde latas de lubricante, cuyo coste asciende a 70 euros, hasta baterías de coches, de 120 euros, a paquetes de chicles o comida. «En las cámaras de seguridad tenemos todo tipo de robos. Por ejemplo, un cliente intentó robar un queso tirándolo al suelo y dándole patadas trató de sacarlo al exterior. Tuvo mala suerte y el queso se quedó en mitad de la tienda», narra Ripoll.

Para el presidente de Mediterránea, «deben ser más severos a la hora de legislar ya que estos ladrones saben que no tienen que superar los 400 euros para que no se considere delito». Esta semana, detuvieron en Castellón a dos hombres que robaron hasta en dos ocasiones en una misma estación de servicio, además de amenazar de muerte a las empleadas. «No podemos tener vigilancia en cada gasolinera y mucho menos etiquetar los productos. Sería una gran pérdida económica para las estaciones de servicio», dice Ripoll.

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