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El psicólogo Rafael Santandreu, autor de 'Las gafas de la felicidad'.
«A cualquier edad se puede ser feliz, depende de cómo tengas amueblado el coco»

«A cualquier edad se puede ser feliz, depende de cómo tengas amueblado el coco»

Rafael Santandreu, psicólogo y autor de 'Las gafas de la felicidad', presenta las claves para superar la 'terribilitis'

Laura Garcés

Jueves, 14 de mayo 2015, 18:58

El nombre del psicólogo Rafael Santandreu dio la vuelta al mundo de la mano del libro El arte de no amargarse la vida. Tras el éxito obtenido con aquella obra, ha repetido la experiencia con Las gafas de la felicidad, obra que con lenguaje claro habla de superar complejos, bajarse de la ansiedad, perder el miedo al dolor, apreciar las delicias de la soledad, convertir la vida en algo muy interesante... Se dirige a quienes buscan fuerza emocional para alcanzar la felicidad, algo que en opinión de Santandreu no es difícil aunque la gente lo "ve complejo porque lleva las gafas empañadas".

Con su libro ofrece una guía repleta de claves para desempañar las gafas que nos guían por la vida.

-¿Es necesario un guión, una guía, para ser feliz?

-Una guía, sí, porque la sociedad cada vez está más loca. El 30% de las personas están mal psicológicamente, necesitamos una guía para permanecer cuerdos. De lo contrario, la tendencia será ir hacia una sociedad neurótica. Se calcula que en el año 2050, el 50% de la población tomará medicación para la salud mental.

-¿Qué supone ponerse las gafas de la felicidad?

-Un cambio radical de valores, un cambio que si no es radical no será emocional. Se trata de un cambio de filosofía de vida en la dirección de estirpar la necesititis.

-¿Qué es la necesititis?

-Es la enfermedad del siglo XXI, la creencia de que necesitamos muchas cosas para vivir y que si no las tenemos somos un gusano que no debería salir de la tierra. Esto se relaciona con las necesidades materiales, pero son peores las inmateriales; las considero más irracionales. Por ejemplo la necesidad de que me respeten, que haya alguien que me quiera... Me gustan las palabras de San Francisco de Asís, cuando dice cada vez necesito menos y las pocas cosas que necesito, las necesito muy poco.

-¿Inventamos necesidades?

-Una necesidad inventada es el trabajo. No lo necesitas para ser feliz. Las únicas necesidades reales que tenemos para vivir son el agua y la comida. Todo lo demás es accesorio. En España nadie muere de sed ni de hambre. Pero como estamos neuróticos no disfrutamos de la fortuna que supone vivir en el primer mundo.

-¿La felicidad existe?

-Entre el 40 y el 50% de las personas son felices porque no tienen terribilitis, que es la otra enfermedad del siglo XXI.

-¿Terribilitis?

-Cualquier adversidad se ve como algo terrible. Por ejemplo, si te deja tu marido en realidad es una adversidad, pero si te dices que es terrible tienes la emoción correspondiente, que es que ya no serás feliz.

-¿Cuáles son los síntomas de la terrible enfermedad?

-Exagerar cualquier adversidad, te vuelves intolerante con los demás y un cascarrabias, te quejas de todo. Además estás insatisfecho de ti mismo y con tu vida.

-¿Quién es el culpable de tanta insatisfacción, de la infelicidad?

-La sociedad de consumo porque es impulsora de la necesititis. Cada necesidad inventada es una carga. Si comparas las autoexigencias actuales con las que tenían nuestros abuelos, vas a flipar. Ahora para ser mínimamente decente has de ser delgado, elegante, tener amigos, haber viajado, saber idiomas, tener pareja, ser extrovertido... Es brutal. Nuestros abuelos no tenían ninguna de estas exigencias y cada exigencia es una carga.

-¿Es posible reinventar la vida?

-Sí, depende de que cambie la forma de valorar la vida. El trabajo que hay que hacer es parecido al de una persona que ha tenido una enfermedad grave y ha sobrevivido. Estas personas muchas veces te dicen que han hecho un cambio radical de valores. Ese cambio es posible.

-¿Son más felices los jóvenes o los adultos?

-Estadísticamente sabemos que la etapa más feliz es la senectud. Pero con dos o con 92 años es posible ser feliz, depende de cómo tienes amueblado el coco.

-¿Vivir en una sociedad rodeada de corrupción y de crispación influye en el grado de felicidad de los ciudadanos?

-Sí, porque la gente se deja llevar, pero el dueño de tu coco eres tú. Existe esa crispación, pero no debería haberla porque vivimos en una sociedad que funciona demasiado bien porque sobra de todo: comida, coches, ropa... Tenemos demasiado.

-¿Sabemos reir?

-Es cierto que las personas felices manejan mejor el humor. Es una herramienta muy buena para desterrebilizar. En un mundo tan loco si sabemos manejar el humor vamos a devolver la cordura. La mejor manera de ayudar a una persona neurótica es el humor, porque puede sacarla del mundo terribilizador en el que se encuentra.

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