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Javier Martínez
Lunes, 1 de junio 2015, 21:00
Cuando un peatón cruza una calle o las vías del tren mientras envía un mensaje de WhatsApp, lee la última gracia difundida por las redes sociales, mira una foto en la pantalla de su móvil o escucha música con unos auriculares, el riesgo de que sufra un atropello aumenta hasta un 40 por ciento, según los expertos en seguridad vial. Tras varios descensos en las estadísticas de peatones fallecidos o heridos, las distracciones por el uso de dispositivos tecnológicos han disparado en los últimos años los arrollamientos de personas que cruzan la calzada sin prestar la atención necesaria a los vehículos que circulan.
El denominado peatón tecnológico se ha convertido ya en una víctima de su propia falta de cuidado. Prueba de ello son las seis personas que han muerto en tres años en la Comunitat Valenciana al ser atropelladas, cinco de ellas mientras escuchaban música con auriculares y una cuando wasapeaba con su móvil, por tres trenes, dos coches y un tranvía.
La falta de legislación sobre el uso de teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos por peatones es algo que afecta a todas las grandes ciudades de España. En Los Ángeles y en alguna otra ciudad de Estados Unidos se sanciona hasta con 100 dólares a la persona que utiliza el móvil mientras cruza a pie una calzada. Sin embargo, nuestro país carece de normas relacionadas con este grave problema de seguridad vial, y pocos ayuntamientos han empezado a tomar conciencia del riesgo o ponen en marcha iniciativas para prevenir este tipo de accidentes.
Bajo el lema "para cruzar la calle aparca el móvil", la Concejalía de Circulación y Transportes de Valencia realizó este año una campaña para sensibilizar a los peatones sobre la máxima atención que deben prestar a las señales de tráfico y a la circulación de vehículos a la hora de cruzar una calle.
La iniciativa municipal se acordó después de analizar dos preocupantes datos de siniestralidad: el 50% de los atropellos en la vía pública están relacionados con distracciones de los peatones, y el 98% de las víctimas son jóvenes, en su mayoría atentos a sus teléfonos móviles y aplicaciones, que cruzan la calzada sin tomar ningún tipo de precaución. Los peatones más jóvenes eran prioritariamente los destinatarios de la campaña del Ayuntamiento de Valencia, que se presentó el pasado mes de marzo, con la intención de que extremen los cinco sentidos para evitar los riesgos que conlleva la falta de atención al tráfico.
El pasado 18 de abril, una joven de 19 años, cuya identidad responde a las iniciales H. L. G., murió en el Hospital Clínico debido a las graves lesiones que sufrió al ser atropellada por un tranvía en la avenida de los Naranjos en Valencia. Una distracción de la víctima, que estaba wasapeando con su teléfono móvil mientras cruzaba las vías, causó el trágico accidente.
Pero la tecnología también puede ayudar a prevenir atropellos. Una aplicación móvil que vela por la seguridad de los peatones "es una brillante idea de dos alumnas de la Universidad Nebrija", afirma Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. "La aplicación interrumpe la llamada o baja el volumen de la música cuando el sistema GPS detecta un cruce o un semáforo", explica Arnaldo.
La ciudad de Valencia registró en 2013 un total de 7.612 accidentes de tráfico con 3.769 víctimas, de las que 18 fueron mortales. De este número, 430 personas fueron atropelladas por vehículos con un trágico balance de seis muertos y 134 heridos graves. En la mayoría de los casos, una distracción del peatón fue la principal causa del accidente.
Para Jorge Castellanos, jefe del departamento de Seguridad Vial y Movilidad del Real Automóvil Club de España (RACE), "la prevención es clave" para frenar los accidentes por distracciones. "Hay que concienciar a la gente del riesgo que suponer chatear por la calle", señala Castellanos. "Un atropello o una caída por unas escaleras es lo más fácil que ocurra", añade.
El último arrollamiento mortal tuvo lugar hace unos días en un paso a nivel de Dénia. La víctima tenía 29 años y cruzó las vías del tren mientras escuchaba música con unos auriculares. Otra joven de 18 años y un menor fallecieron en 2013 en Elche y Paterna, respectivamente, tras ser atropellados por sendos trenes. También llevaban unos cascos puestos en sus oídos.
Las otras dos víctimas mortales son un hombre de 33 años, Carlos Damián G. C., que practicaba running en el barrio valenciano de Campanar, y una joven de 25 años que circulaba con una bicicleta por la plaza Sanchis Guarner en Valencia. Estas dos personas también utilizaban un reproductor de música con auriculares cuando fueron arrolladas por sendos coches, aunque el conductor del turismo que atropelló al runner fue imputado por conducir bajo los efectos de cocaína y alcohol.
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