![Juan Soler: «Con lo que me debe Soriano hubiera podido reflotar mi grupo de empresas»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/pre2017/multimedia/noticias/201510/15/media/cortadas/soler-cuadra--490x578.jpg)
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A. Rallo
Miércoles, 14 de octubre 2015, 20:23
Juan Soler, empresario inmobiliario y expresidente del Valencia CF, echa la vista atrás. Sus últimos años cimentan un relato trágico. El primer mensaje de la entrevista resulta, sin duda, el más grave. No duda en ponerle nombre: "Tengo cáncer". Mantiene cierto optimismo. "La vida es bonita", proclama para evidenciar su lucha. Otro de sus lastres: arruinado y expulsado de su casa. "Soriano me debe sólo del principal 85 millones de euros", insiste durante la charla. La deuda proviene de la frustrada venta de las acciones del Valencia CF. Suelta la cifra con pasmosa tranquilidad. Ni gritos ni gestos airados. Tampoco es Soler personaje que destaque por su vehemencia. El último episodio de estos años se centra en su detención por el supuesto intento de secuestro de Soriano a raíz de la citada deuda. "Aquello era de ciencia ficción" rebate todavía sin entender nada. "Nunca nadie me ha increpado por la calle", presume como aval de su integridad tras finalizar la charla.
-El último año ha sido intenso. ¿Cómo se encuentra?
-Bueno... Como digo todos los días... Poco a poco... Como usted dice ha sido un año muy intenso. He padecido cinco ingresos hospitalarios. La última vez estuve 38 días en el Peset. Aprovecho esta entrevista para agradecer el trato que recibí. La realidad es que no me funcionan los riñones, estoy en diálisis, me han detectado un cáncer... Y todo esto ha sido un calvario para mí y para mi familia. Pero tengo ilusión y ganas. La vida es bonita. Hay que pasar página de lo malo y en eso es en lo que estoy ahora mismo.
-Lo siento. La intensidad de la que le hablaba se refería a los diferentes problemas judiciales. En especial, el intento de secuestro a Soriano. ¿Cree que todo eso ha contribuido en el deterioro de su estado de salud?
-No sé si una cosa ha influido en la otra ni soy quién para decirlo. Pero, evidentemente, algo habrá influido todo esto.
-La última vez que le vi, hace ya más de un año, salía del calabozo de la Ciudad de la Justicia tras su detención por el intento de secuestro. ¿Cómo recuerda aquello?
-Aquello me parecía un cuento de ciencia ficción y no entendía nada en ese momento.
-Aclare lo del cuento, por favor. ¿Por qué dice eso?
-Porque no entendía nada de lo que había pasado...(Silencio).
-Pero concrete qué era lo que no entendía. ¿Su arresto, el secuestro...?
-Nada. Ni la detención ni el asunto en sí. Todos los que me conocen saben que soy incapaz de nada de lo que se me acusaba.
-La juez archivó el asunto, aunque Soriano lo ha recurrido. Durante todo este tiempo que está imputado en la causa, ¿ha echado en falta a alguien?
-Los verdaderos amigos siempre están con uno. He de decir que ellos sabían perfectamente de lo que soy capaz y de lo que no. Ellos estarán conmigo hasta el final.
Juan Soler fue arrestado por el supuesto intento de secuestro de Soriano. Al parecer, el motivo era la deuda por la fallida transacción de las acciones del Valencia CF. También fueron imputados un hostelero italiano y un empresario de la noche. Finalmente también lo fue el confidente policial, quien perdió su condición de testigo protegido. Ahora acaba de ser condenado a 11 años de cárcel por un robo en un piso.
-A mucha gente le puede resultar incomprensible que usted tuviera relación con el confidente policial, que ha terminado siendo un delincuente.
-Yo recibo a todo el mundo en el despacho. No era este el primer señor que venía con la intención de hacerme una oferta para quedarse con la deuda de Vicente Soriano. Le atendí como a uno más y se le dio la documentación. (Se refiere a un informe de un detective privado sobre el patrimonio oculto de Vicente Soriano).
-¿A cuántas personas recibió?
-Pues a cuatro o cinco. Abogados, empresarios... Gente dispuesta a hacer una operación de compra de la deuda.
-Porque sabían de sus necesidades económicas.
-No y porque se dedican a eso.
-¿Y por qué no hubo acuerdo?
-No me dieron garantías de que yo iba a cobrar . Y sin garantías no quería hacerlo.
-Regresemos al supuesto intento de secuestro. Dijo a la juez que este hombre le extorsionó.
-Este colaborador pidió dinero a mis abogados por cambiar la versión e inculpar a Vicente Soriano. Yo no quise entrar en ese juego con él. Desde el primer momento se descartó. Nunca me llegó a explicar qué era lo que iba a cambiar. Yo no quise atenderle.
-Hay quien piensa que usted llegó a darle dinero.
-Yo no di nada. Este señor venía a por lo de la deuda, real y consolidada, con dos sentencias a mi favor del Tribunal Supremo. Este hombre lo único que hizo fue llevarse la documentación. No me habló de dinero. Hubiera sospechado desde el primer momento.
-¿Cómo siendo usted un empresario reconocido se dejó engañar por el confidente en esta trama?
-Es que yo no me he sentido engañado. Sólo recibí a esta persona y nada más. Tengo un despacho abierto al público y les atiendo cuando vienen con algo que parece serio.
-¿Qué pensó cuando dijo que había traído a gente de la guerrilla colombiana para ejecutar el plan?
-Pues tampoco me creí nada. Me sonaba a chino. Era como una película.
-Soriano dijo a la prensa que le perdonaba, pero se mantiene en el procedimiento y ahora ha recurrido su archivo.
-Bueno, es Vicente Soriano. A mí no me extraña absolutamente nada. Puede cambiar de opinión de un momento a otro y es muy respetable.
-Vayamos al inicio de sus problemas económicos. Soriano no le paga lo pactado por las acciones del Valencia CF. ¿Con este dinero hubiera sacados sus empresas adelante?
-Él ha dicho en alguna ocasión que Juan Soler tienen unos papelitos... (ironiza con el término). Se trata de dos sentencias del Tribunal Supremo que le obligan a pagar. Me debe de principal sólamente 85 millones de euros (aparte de los intereses). Con ese dinero se hubiera podido reflotar todo mi grupo de empresas.
-¿Por qué cree que no le pagó?
-No lo sé. Es un empresario que asume un compromiso y debe cumplirlo. Pregúntele por qué.
-Ahora una empresa de su familia trata de recuperar el dinero con el famoso informe que apunta al desvío del patrimonio por parte del deudor.
-Prefiero no hablar de este asunto porque está en un juzgado. Quiero respetar el trabajo de la Justicia, a la que admiro, y esperar a ver qué pasa.
-Después de tanto tiempo... ¿No ha perdido la esperanza?
-A mí se me debe ese dinero. No lo daré nunca por perdido. Las sentencias son 65 millones (intereses incluidos), pero hay otro pagaré que no se recurrió (unos 35 millones). No lo hice porque suponía más gasto para mí cuando ya sabía que no me iba a pagar.
-Usted pasó de ser un reconocido empresario y presidir el Valencia CF a terminar arruinado. Hace una década llegaba al club. ¿Cómo recuerda aquella entrada?
-Es un momento imborrable, maravilloso para cualquier valenciano y valencianista. Lo recordaré como uno de los momentos más bonitos de mi vida.
-En su día confesó que llegaba al mundo del fútbol para evitar que le partieran la cara a su padre en medio del fuego cruzado de la guerra accionarial. ¿No cree que aquel fue el peor paso de su vida?
-Lo volvería a hacer exactamente igual.
-¿Todo?
-Sí.
-¿No le molesta que se le recuerde como el peor presidente de la historia del Valencia?
-Son opiniones. Respeto lo que usted me pregunta. Hay gente que dice eso y hay otra gente que dice lo contrario. La gente es libre de opinar.
-¿De verdad hay gente que le felicita por su etapa?
-Sí, sí... Ha habido de todo.
-¿Qué falló para que el plan Porchinos fuera un desastre?
-En su momento estuvo bien concebido; con todas las autorizaciones. Era un proyecto urbanístico como tantos que había y que iba a reportar unos beneficios económicos al Valencia CF, como así ha sido. Se vendieron los terrenos y los compró Nozar. Y el club ingresó el dinero.
-¿También volvería a embarcarse en un proyecto como el nuevo estadio?
-Sí, se trata de algo fundamental. Animo a quien sea para que eso se acabe cuanto antes. Es la pata económica que le hace falta a este club para codearse con los de arriba.
-¿Fue una buena idea embarcarse en aquello viendo que hoy está parado y su futuro es incierto?
-Totalmente. La situación económica actual no tiene nada que ver con aquella. Si me dice hoy, pues hubiera sido más prudente esperar. Pero, en aquel momento, no me cabe duda de que era la postura ideal.
-¿Por qué no se vendieron las parcelas?
-No hubo compradores que pagaran ni ofrecieran las garantías que se exigían. Hubo ofertas, pero nunca una de 400 millones. A Bancaja, que en aquel momento también formaba parte de la operación, tampoco se le ofrecían las garantías.
-¿Cuál fue la mejor oferta?
-Hubo por parcelas sueltas, pero no en bloque.
-¿Y la más alta por una parcela?
-Creo que es la que me quedé yo (ríe). Lo hice porque había dado mi palabra. (Soler pagó 90 millones de euros).
-¿Siente que en su etapa final del Valencia CF se rodeó de la gente más adecuada?
-A toro pasado es muy fácil hablar. En su momento, la gente de la que me rodeé parecía la más idónea para seguir adelante con el proyecto. Si fuese hoy, pues a lo mejor no hubieran sido unos y hubieran sido otros. Pero es muy fácil juzgar ahora. Todo el que toma decisiones se equivoca.
-Imagino que sigue el día a día del equipo. ¿Cómo lo ve?
-La gente tiene ilusión, ganas... Pero nos falta un paso más.
-Y no le da cierta pena el final del club, en manos de un empresario de Singapur, Peter Lim.
-En su día yo aprobé una ampliación de capital porque la intención era que el club fuera de cuanta más gente mejor, que los accionistas minoritarios pudieran comprar más. Al final, Lim es el único hombre que ha llegado con el dinero y con un proyecto ilusionante. Hay que apoyarle y estar con él porque es el dueño del Valencia.
-De su etapa como empresario también está pendiente la investigación de la Audiencia Nacional por los créditos bajo sospecha de Banco de Valencia.
-No tengo absolutamente nada que ver. En una de las piezas ya se ha demostrado que no era ni socio. Lo había vendido con anterioridad. (Se refiere a Nou Litoral). Y del resto fueron operaciones claras, limpias, hechas con el banco, con la tasación y los tasadores que el banco marcó. Cuando la empresa entró en el preconcurso se le ofreció al banco la posibilidad de la dación en pago. La valoraron y dijeron que sí. Y eso es lo normal en el comercio.
-¿Usted está completamente retirado de la actividad empresarial?
-Sí. Además, con la enfermedad no tengo ganas de nada.
-¿Cómo recuerda la etapa de bonanza de la economía que vivió y también la brutal crisis?
-Hay una situación de crisis. Hoy no se vende absolutamente nada. Y si no se vende no se va a hacer ni construir. Es necesario adoptar medidas para que la construcción vuelva otra vez porque es la que más puestos de trabajo genera. El paro es el principal problema que tenemos. Hay que hacer un esfuerzo para acabar con esta lacra del desempleo. Esto puede empeorar y no estamos para tonterías.
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