

Secciones
Servicios
Destacamos
lp
Lunes, 19 de octubre 2015, 18:36
Cullera se vio bastante menos afectada que otras poblaciones, aunque también vivió la pantanada de cerca, sobre todo en la parte baja de la ciudad y en distintas partidas como el Marenyet, Brosquil, Raconà y la Bega.
El alcalde de la época Enrique Chulio, contaba cómo comenzó el peligro: "Sobre las diez de la mañana del día 20 de octubre recibí una llamada telefónica de Gobierno Civil comunicándome que se aproximaba a Cullera una fuerte crecida del río Júcar y que diera aviso a cuantos tuvieran intereses en las márgenes del mismo, para acondicionar y poner fuera de peligro a personas y enseres. La primera medida fue avisar al Club Náutico de Cullera y a la Cofradía de Pescadores. Después avisé por teléfono a las dos entidades musicales y a varios bares de la ciudad para que advirtiesen a sus clientes -que al ser día de lluvia se encontraban almorzando en los mismos- velaran por sus intereses cerca del río".
Y sobre las cinco de la tarde comenzaron a bajar con fuerza y con gran corriente las aguas, y ya no pararon hasta cerrar la noche, que con fuertes lluvias continuaban bajando furiosas. El fluido eléctrico se cortó, uniéndose la oscuridad con las malas noticias que iban llegando de diferentes puntos telefónicos, "y fuimos avisando a la vecindad sobre la conveniencia de evacuar las zonas bajas y las cercanías del río", relata.
El teléfono fue sustituido por radioaficionados y la ayuda de Protección Civil, así como los grupos de la Cruz Roja.
La medianoche llegó con más lluvia y con un río a punto de desbordarse; fuerzas militares perforaron el puente del ferrocarril para volarlo si era preciso, por ser peligroso que las aguas rebosaran sobre él.
Enrique Chulio contaba que a la una de la madrugada del día 21, "las aguas rebasan los ojos del puente, llueve muy fuerte, busco al capitán del Ejército que manda la unidad de Ingenieros, se presenta ante mi, saludos cordiales, mi capitán, le digo, no tiren el puente, pues entonces las aguas si inundarían el pueblo hasta sus alturas, por el dique y contención que haría esta mole de hormigón, con estas feroces corrientes. Me respondió: "no se preocupe, alcalde, aunque la carga está puesta y es mucha, no lo haremos mientras vayan pasando las aguas por debajo".
Cortes de carretera
Fue así, las aguas desbordadas ya desde Alzira se expandieron por los campos de Corbera, Fortaleny, penetrando en las huertas de Cullera a las cinco de la madrugada, arrollando y destrozando a su paso todo lo que encontraron, cortando la carretera Cullera-Favara y también la de Nazaret-Gandia.
Amanecía el jueves día 21, eran momentos de gran tensión nerviosa; sobre las siete empezaron a crecer las corrientes de agua con mucha fuerza.
Todos acudían a la llamada de catástrofe, pues las aguas ya empezaban a llenar las calles y no había tiempo de retirar los coches.
Sobre las nueve empezó a entrar agua en las calles junto al río. Entre el mediodía y la una alcanzó hasta un metro de altura en varias calles junto al río, y menos cuanto más al centro.
El Estany fue la zona mas afectada. Las aguas abrieron nuevos caminos hacia el mar. Se llevaron por delante el puente de la pasarela del Estany y varios chalés. También causó desperfectos en el ferrocarril, que sirvió de barrera de contención.
Coches con altavoces, pidiendo al mismo tiempo serenidad, ordenaban a toda la parte baja de la ciudad, trasladarse a las zonas altas.
Una vecina de la calle la Bega, zona muy próxima al río Júcar, "nos comentó que el agua embarrada penetró en mi casa y llegó hasta la cocina. Ante la duda de lo que teníamos que hacer y el desespero, dormimos en un cuarto piso de unos amigos aquí al lado".
Tras la crecida, y en vista de las noticias confusas que se iban recibiendo, los vecinos que habitaban en las plantas bajas fueron gestionando con parientes y amigos, la posibilidad de pasar la noche en pisos más altos, lo cual se produjo sin ningún obstáculo.
La gente se replegaba en las alturas; la casa del Ayuntamiento, repleta de gente joven dispuesta a socorrer y salvar. A la puerta llegaron los padres de un niño de cuatro meses que se dejaron en el chalé del Marenyet por venirse de compras de buena mañana; otros familiares de ciudadanos, pillados en sus casitas de campo, clamaban ayuda para salvarles.
Llegaron cuatro helicópteros de las fuerzas militares, que aterrizaron en el Paseo Marítimo, recibieron órdenes de que siguieran las dos lanchas de goma, que iban guiadas por dos jóvenes en cada una y dirigidas por el concejal de Socorrismo, Bohigues. Estos cinco hombres valientes y decididos, a las cuatros de la tarde del día 21, habían salvado 43 personas del Marenyet, Estany y Brosquil; entre ellas, el niño de cuatro meses.
Campos arrasados
Desaparecieron más de 500 hanegadas de tierra, así como sus plantaciones, riegos, acequias, lindes, sendas y caminos. Perecieron 300 ovejas, 40 bovinos, seis caballos y 500 aves.
La flota pesquera también pasó sus apuros, aunque sus valiosos hombres del mar supieron amarrarla, y estuvieron día y noche vigilando sus intereses.
No obstante, tuvieron que lamentar daños materiales, una barca de la flota pesquera se hundió y muchas embarcaciones sufrieron daños a causa de los golpes de los árboles arrastrados por las aguas. Los yates de recreo se hacinaban maltrechos, algunos con los palos rotos, con las cubiertas llenas de barro, y todos ellos amontonados en un difícil revoltijo. Las industrias y los comercios situados en las inmediaciones del río, tuvieron daños en proporciones importantes.
Otra de las notas dominantes era la desesperación por la incomunicación telefónica y la falta de luz eléctrica.
Después vino la calma, ya por la tarde las aguas fueron bajando. Al mismo tiempo que llegaron camiones con víveres, ropas y medicamentos distribuyéndose a los damnificados bajo órdenes de la Comisión de Urgencia.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.