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El cálido invierno asfixia al campo valenciano

El cálido invierno asfixia al campo valenciano

Los agricultores advierten de que un descenso brusco del mercurio sería ahora letal para muchos cultivos

DANIEL GUINDO

Martes, 12 de enero 2016, 20:54

Campos de melocotoneros y nectarinas de Carlet, en la comarca de La Ribera, han comenzado ya a florecer, situación que preocupa, y mucho, a Eduard Esparza, productor de fruta que sigue muy de cerca la evolución climática en la región. El mes de diciembre más cálido vivido en la Comunitat desde que existen registros fiables, los vaivenes términos registrados a lo largo del pasado ejercicio, con importantes heladas en febrero, y la incertidumbre que se cierne sobre las próximas semanas, donde se intuye un desplome de las temperaturas, mantiene en vilo a este agricultor de Carlet. «Si ahora hay una helada, se muere la flor y nos quedamos sin cosecha», resume Eduard.

Este experto del campo explica que estos árboles frutales, en función de las variedades, necesitan acumular una cantidad determinadas de horas de frío, por debajo de los siete grados, una especie de reposo invernal, en el marco de su ciclo natural para que, posteriormente, la producción sea óptima. «Pero como no han hecho esas horas de frío se creen que ha llegado la primavera y hacen el proceso. Los árboles ya están con la flor abierta», describe Eduard, que recuerda que las pérdidas las asumirían los seguros agrarios, «pero lo que queremos es vivir de nuestro trabajo», precisa este profesional.

La situación de este agricultor de La Ribera no es la única y se reproduce prácticamente por toda la Comunitat, aunque con especial incidencia en las provincias de Valencia y Alicante.

Hortalizas como la lechuga, la coliflor, las alcachofas o el brócoli, los cítricos, los viñedos, los olivos, los granados, las higueras, los almendros o los frutos secos están sufriendo o sufrirán en mayor o menor medida las consecuencias que esta atípica climatología que, además, viene aderezada por una prácticamente absoluta falta de lluvia desde principios de noviembre, lo que alimenta la proliferación de plagas, incrementa los gastos de los agricultores por el aumento de riegos y, en el caso de los ganaderos, reduce la cantidad de pastos para la alimentación natural de los animales, haciendo necesario incrementar las aportaciones de pienso, según detallaron a LAS PROVINCIAS las principales organizaciones agrarias de la Comunitat, que insisten en que hay preocupación pero, de momento, todavía no han saltado las alarmas.

Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) recuerdan que el sector depende en gran medida del clima, por lo que las altas temperaturas que vienen registrándose en el último mes y medio «están teniendo consecuencias negativas sobre las plantas y reacciones contra natura».

Pérdidas del 50%

En esta línea, detallan que en Valencia los mayores problemas los están encontrando especialmente los cultivos de lechuga, alcachofa y coliflor, con el denominado cuajado. «Son plantas que necesitan del frío para endurecerse y acabar de cerrarse, necesitan que, por la noche, baje la temperatura para que acaben de redondearse. En algunos de estos cultivos tememos una depreciación de la calidad comercial cercana al 50%», auguran desde AVA.

En el caso de los cítricos, admiten que la campaña «no va mal», pero advierte de una cierta inquietud en este emblemático sector valenciano principalmente por el adelanto de la maduración de ciertas variedades, que se juntan en el tiempo con otras, «y el problema es que irá a más». También han comenzado a registrar el denominado 'bufat' de la piel, sobre todo en las mandarinas, que no sólo afecta a la imagen de la fruta. «En el sabor también se nota porque parece que esté como sobremadurada y tira los precios a la baja», lamentan.

En esta línea, desde la organización agraria señalan también que, a causa de los últimos temporales de viento «se empiezan a constatar algunos daños por el 'rameado' que, al agitarse y golpear la fruta provoca incisiones en la piel, lo que también deprecia su valor. «Nos están llegando ya partes sobre este tema», añaden.

De cara a los próximos meses, temen las consecuencias negativas que las elevadas temperaturas actuales puedan tener para otros frutales, viñedos, olivos y frutos secos. Al respecto, recuerdan que los cultivos leñosos necesitan entrar en una especie de letargo o parada invernal y, de no ser así, «se traduce en un descenso de la producción y de la calidad».

Desde AVA esperan que a partir de la segunda quincena de mes bajen las temperaturas, pero si se produce otro incremento tras el descenso, afectaría todavía más a los cultivos.

Alteración del ciclo

Estas cuestiones preocupan también a La Unió de Llauradors y Ramaders. «Las temperaturas medias son mucho más altas de lo habitual y esto no es bueno para los cultivos; por tanto los efectos son negativos sobre todo por lo que suponen en cuanto a alteración del ciclo vegetativo. Es preocupante, además, porque el invierno parece estar marcado por la falta de lluvias y unas temperaturas por encima de lo normal», resumen.

Así, añaden que mientras en el resto de España siguen entrando borrascas que dejan precipitaciones, «aquí tenemos vientos de poniente con temperaturas inusualmente altas para esta época del año», y advierten también que, sin embargo, «un descenso brusco de las temperaturas sería ahora letal para muchos cultivos y lo ideal fuera que descendieran progresivamente».

En La Unió también ponen el acento en el «hundimiento de la demanda en el exterior y los precios más bajos de las hortalizas de invierno». En algunos países europeos, destacan, «siguen produciendo hortalizas todavía ahora cuando otros años era impensable y, por tanto, se retrae nuestra demanda de cara a la exportación».

Y el problema no es sólo por defecto, sino también por exceso. Sobre ello, comentan que las elevadas temperaturas «provocan una sobreproducción, por ejemplo, de alcachofas que ha conllevado un desplome de los precios en origen cercano al 30%». También han disminuido las cotizaciones en otros cultivos como las coles, el brócoli o las habas, apuntan.

Asimismo, desde esta organización alertan también sobre la posible falta de horas de frío necesarias para la correcta evolución de algunos cultivos como la fruta de verano, los frutos secos, la viña o el olivo, «aunque es un poco prematuro avanzar nada hasta ver la evolución climatológica y, además, está cubierto por el seguro». El requerimiento de horas de frío en cultivos leñosos como los frutales de hueso y semilla, la viña y el olivo es un factor clave en la adaptación a su ambiente. Algunos de los síntomas más habituales causados por la insuficiencia de horas de frío en los cultivos son el retraso en la apertura de yemas, una brotación irregular y dispersa y un cuajado anormal. «Hay que esperar a ver lo que sucede», indican desde La Unió.

En Europa

Las altas temperaturas que se vienen registrando también en Europa «afectan negativamente al consumo de nuestros cítricos», advierten. Las variedades de media campaña, fundamentalmente la clemenules, que constituyen prácticamente el 50% de la producción, ya están prácticamente todas recolectadas y no les ha afectado demasiado la climatología adversa, pero según esta organización «se está detectando que algunos comercios están recolectando variedades de mandarinas como la ortanique o o la hernandina sin tener las condiciones adecuadas de madurez y, por tanto, de consumo», por lo que esta agrupación agraria reclama que se incrementen las inspecciones «para evitar que esta situación perjudique a lo que queda de campaña».

Entre los posibles problemas en calidad de los cítricos mencionan la aparición del ya citado 'bufat', causado principalmente por los últimos temporales de viento.

Por último, añaden problemas colaterales, como el incremento de los gastos para los agricultores en energía debido a un aumento de los riegos durante las últimas semanas, la posible proliferación también de plagas en el campo debido a las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias que limpian los árboles, y la falta de pastos para alimentación natural de los animales y, por ello, aumento de gastos en piensos.

En la provincia de Alicante los problemas son similares. Desde la entidad Jóvenes Agricultores Asaja Alicante separan en dos los grupos de cultivos afectados por las elevadas temperaturas de este inicio de invierno climático. Por un lado, las hortalizas: «Se está adelantando la producción de alcachofas, brócoli y coliflor. Además, se está percibiendo un incremento de la producción y no se están escalonando tanto las producciones, como sucede en otros momentos».

Por otro, se refieren al arbolado y en concreto, al adelanto en la brotación de granado, la higuera y los almendros. «Puede provocar un problema porque como decimos en el campo, el frío no se lo comen los lobos y cuando se produzca, las bajas temperaturas pueden acabar con los futuros frutos», comentaron.

Calor y sequía extrema

La Comunitat, como advertían el jueves desde la delegación valenciana de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ha sufrido un mes de diciembre «climáticamente extraordinario», ya que «tanto la temperatura media como la precipitación han sido dos extremos de sus respectivas series», por lo que lo calificaron como «extremadamente cálido y extremadamente seco».

La temperatura media de diciembre ha sido en de 11 grados, 2,3 por encima del promedio habitual (8,7 grados), por lo que ha sido el mes de diciembre más cálido desde, al menos, 1950.

Y además de especialmente calurosos, el último mes del año y el arranque de enero también están siendo extremadamente secos. De hecho, en la Comunitat no llueve de manera significativa desde el pasado 2 de noviembre.

En diciembre, la cantidad media de precipitación fue de 0,9 litros por metros cuadrado, lo que supone un 98% menos del promedio climatológico normal, que roza los 50 litros. Hay que remontarse hasta 1974 y 1966 para encontrar un mes de diciembre todavía más seco. «En el 20% del territorio de la Comunitat la precipitación ha sido nula o inapreciable, y en el 90% ha sido inferior a dos litros por metro cuadrado», apuntaron desde Aemet.

El campo, por tanto, se enfrenta a todo un reto.

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