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J. S.
Miércoles, 27 de abril 2016, 00:17
Los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran al 40,9%, prácticamente la misma cantidad que almacenaban hace una semana. Mientras, las reservas de agua en los pantanos del Segura han caído al 40,6% de su capacidad.
Los pantanos de las dos confederaciones, de los que depende en gran parte el abastecimiento hídrico de la Comunitat, se encuentran por debajo del promedio de los últimos diez años. Los embalses del Segura almacenan 474 hectómetros cúbicos frente a las 572 de media, mientras que los del Júcar acumulan 1.366 hectómetros cúbicos frente a los 1.462 de media.
La grave situación por la que atraviesan estos embalses se aprecia con más claridad si se tiene en cuenta que hace tan sólo un año las reservas de la Confederación Hidrográfica del Segura se encontraban al 68% de su capacidad total, treinta puntos porcentuales menos en apenas doce meses.
Las presas de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran algo mejor, aunque el agua embalsada es casi veinte puntos porcentuales menos que hace un año.
Los pantanos de la Confederación del Júcar y del Segura son los están en peor situación en España. La media estatal de agua almacenada, según el último boletín hidrográfico del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, se sitúan en 72,6% de la capacidad total, 30 puntos porcentuales por encima de las reservas del Júcar y Segura.
Los pantanos del Duero se encuentran al 94,2% de su capacidad; los del Ebro, al 79,4% y los del Tajo, al 72,4%. Además, los embalses de este río son los que han experimentado un crecimiento mayor en términos absolutos durante la última semana (517 hectómetros cúbicos más).
El escaso nivel de los embalses agrava aún más la situación por la que atraviesa la agricultura valenciana ante la inmediata llegada del verano.
Las escasas reservas almacenadas se unen al descenso de las precipitaciones, que en algunas comarcas de la Comunitat supera ya el 50% de lo habitual. Frente a los 320 litros por metro cuadrado que llovió el año pasado entre octubre y abril, la cantidad caída este año ronda los 120 litros.
De hecho, los agricultores ya han comenzado a aplicar algunas restricciones para que no se interrumpan los riegos durante el verano por la falta de agua. En algunas zonas del Turia se está reduciendo la extensión de los cultivos de regadío, especialmente de hortalizas que consumen muchos recursos.
En cualquier caso, los agricultores apuntan que la solución para este verano es que la Confederación Hidrográfica del Júcar autorice la utilización de los pozos de sequía. En las tierras regadas por el Segura la situación no parece tan grave, ya que el agua embalsada en los pantanos que nutren el trasvase desde el Tajo (Entrepeñas y Buendía) continúa la línea ascendente por lo que el abastecimiento de agua para el verano está asegurado.
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