«Si después de tantos años de sufrimiento cobrara, para mí sería un milagro»

El 14 de enero de 2010 falleció Josefa Esteller Torres, madre de Enrique Vicente Lledó, que hasta entonces y desde 2008 recibió su correspondiente prestación al ser valorada con un Grado 2 Nivel 2 de dependencia tras registrar su solicitud para acceder al sistema el 21 de junio de 2007. En cambio, no recibió el abono de los efectos retroactivos de la prestación económica entre la fecha de presentación de la solicitud de dependencia y la fecha de resolución de su Programa Individual de Atención en 2008. Esta circunstancia incumple, según apunta el Síndic de Greuges, «el precepto legal por el debe reconocerse el derecho a percibir las prestaciones desde el día siguiente a la fecha de presentación de la solicitud».

Tras el fallecimiento de Josefa, Enrique Lledó, quien calcula que «la deuda» que la administración tiene con él -por ser el cuidador y heredero de Josefa Esteller- asciende a los «8.000 euros», se ha dirigido incontables veces a la administración, al Tribunal Constitucional e incluso al Tribunal de Justicia Europeo para reclamar el pago del dinero. «Sale Ximo Puig diciendo que la Ley de dependencia se tiene que cumplir o sale Mónica Oltra diciendo que vamos a rescatar a los ciudadanos... ¿A quién están rescatando? Yo no lo sé», denuncia.

La última reclamación a la Conselleria de Políticas Inclusivas interpuesta por Lledó para que se resuelva su expediente data del 28 de septiembre de 2015 y sigue sin resolución, pese a que el plazo máximo para notificarla es de seis meses. «Los ciudadanos estamos indefensos, se incumple la ley y da igual», señala.

Esta lucha por conseguir las ayudas ha llevado a Enrique «a caer casi enfermo» y sufrir un «agotamiento físico y moral constante». «Ha sido muy duro. Si después de tantos años de sufrimiento cobrara, para mí sería un milagro. Lo agradecería a la Virgen».