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La sequía destruye un millón de pinos y obliga a quemar árboles para evitar plagas

La sequía destruye un millón de pinos y obliga a quemar árboles para evitar plagas

Técnicos de Medio Ambiente constatan que la vegetación forestal está «muy debilitada» y no descartan un nuevo pico de mortandad

J. A. MARRAHÍ

Miércoles, 12 de octubre 2016, 20:00

valencia. Las últimas mediciones de la Conselleria de Medio Ambiente sobre el efecto de la sequía en los montes de la Comunitat arrojan datos preocupantes: casi un millón de pinos han muerto en dos años y medio por la falta de humedad y las consiguientes plagas de insectos como el escarabajo tomicus. Las forzosas talas de árboles enfermos para evitar la proliferación de insectos han dado paso a quemas de ejemplares afectados.

La Generalitat realiza dos sondeos al año, en junio y diciembre, para comprobar el estado de los pinos. Desde 2013, la cifra de árboles secos empezó a ascender de manera alarmante hasta alcanzar un pico de casi 530.000 ejemplares muertos en el otoño del año siguiente. El último informe, correspondiente a junio de este año, constata la muerte de 14.500 árboles durante el primer semestre. La suma de todo el periodo de sequía asciende a casi 900.000 pinos devastados.

Cualquiera que viva rodeado de monte o pasee por las pinadas valencianas puede apreciar el efecto: copas afeadas con tonos ocre que dan fe de su enfermedad y rompen el verde del paisaje. La conselleria estima que algo más del 0,3 % de los pinos de la Comunidad han muerto en este periodo.

«La causa principal de la mortandad del arbolado es la sequía y los insectos perforadores, una consecuencia», estiman los técnicos de Medio Ambiente. La solución está siendo el apeo y descortezado de árboles enfermos a fin de «reducir las poblaciones de insectos en las masas de vegetación con daños».

Cuando el diámetro de los pinos lo permite, la opción es triturarlos. En otros casos, se ha optado por las quemas controladas. Entre 2014 y 2015 han sido eliminados más de 180.000 árboles para evitar la proliferación de plagas. De ellos, casi 2.400 han sido eliminados con el uso de fuego, según los datos proporcionados por la Generalitat.

Las dos sequías prácticamente encadenadas que sufre la región dieron una pequeña tregua durante 2015, donde la precipitación se fue acercando a los valores medios de la serie histórica. «Esto trajo consigo una mejora del estado fitosanitario del pinar y una fuerte reducción en el número de árboles muertos, a lo que también ha contribuido los trabajos de control» autonómicos.

Pero los expertos que controlan la evolución del monte y sus plagas no son optimistas. El año hidrológico que acaba de concluir de nuevo ha sido «extremadamente seco y la vegetación forestal se encuentra muy debilitada, más teniendo en cuenta que gran parte de las reservas de carbohidratos de los árboles ya se gastaron durante los dos últimos años», detallan. Esto, vaticinan, «puede conducir a una situación similar a la de 2014, con una súbita aparición de arbolado seco». La única solución, concluyen, pasa por las lluvias otoñales.

Y eso podría suceder hoy. La Agencia Estatal de Meteorología prevé chubascos fuertes al norte de Castellón y tres días con nubes y riesgo de precipitaciones. La duda está en si llegarán con la persistencia deseada para regar todo el territorio.

El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, y el director general del Agua, Manuel Aldeguer, se reunieron ayer con la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, María Ángeles Ureña. Trataron cuestiones relativas a la sequía y al trasvase Júcar-Vinalopó.

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