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ADA DASÍ
Domingo, 11 de diciembre 2016, 00:18
Hace cerca de un año que el Ayuntamiento de Catarroja, recurrió a la colocación de once nidos de murciélagos en el casco urbano para luchar contra las plagas de insectos en una iniciativa pionera en l'Horta, que siguieron otros muchos municipios de la comarca. Después de varios meses, el consistorio ha ampliado las miras del proyecto inicial con la intención de recuperar la presencia de aves insectívoras como gorriones, búhos o cernícalos.
Para ello, se han contratado los servicios de un empresa especializada, La Granja de Bitxos, que ha escogido los puntos del municipio «donde tienen más probabilidades de ser ocupadas», y advierte de que en el caso de las aves «en el 90% de los casos suelen darse el primer año». De esta forma señalan que, para los cernícalos y los búhos, «hemos preferido las zonas periféricas con soportes verticales que permitan que las aves tengan visibilidad para la caza, generalmente descampados y huerta». Los nidos se colocarán en lugares como la piscina cubierta, el antiguo depósito, la escuela de capataces y el puente sobre las vías. Una pareja de aves puede llegar a comer de media unos 23 kilos de orugas en un año, lo que las convierte en una herramienta mucho más efectiva y natural para combatir las plagas.
La iniciativa se extiende a la zona de marjal del municipio, donde la presencia de roedores e insectos también es importante. En este sector, se ha optado por colocar una caja para murciélagos en la sede de la Asociación de Vela Latina, depredadores naturales de mosquitos y polillas como el barrenador del arroz, «porque se ocupan con facilidad debido a la falta de refugios naturales y la gran fuente de alimentos disponibles para estos mamíferos».
Los técnicos advierten la «regresión» que afecta a la especie de los gorriones «que cada vez tiene más dificultades» para sobrevivir en el casco urbano. En este sentido «se han escogido las zonas verdes y los parques» para ubicar los nidos destinados a esta especie, «en árboles grandes o muros altos para evitar el vandalismo». «La idea es dispersar cinco cajas por el municipio en zonas verdes separadas y observar donde funcionan mejor, es decir, si se ocupan el primer año, para poder decidir en un futuro si es necesario aumentar el número o redistribuirlas», señalan los especialistas.
El concejal de Urbanismo, Martí Raga, señala que esta iniciativa «permite, con poco presupuesto, recuperar especies que siempre han estado en nuestro municipio y combatir de una forma natural las plagas». También destaca la aceptación de la ciudadanía por el proyecto, ya que «he recibido peticiones de vecinos para colocar más nidos».
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