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J. SANCHIS
Lunes, 13 de febrero 2017, 00:37
La Sociedad Valenciana de Ornitología (SVO) ha puesto una queja ante la Conselleria de Medio Ambiente por lo que considera un ataque contra el águila perdicera, especie calificada como vulnerable, y realizado además en el marco de una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y de un parque natural (Hoces del Cabriel).
El grupo conservacionista denuncia que la Conselleria ha dado permiso a una batida de caza mayor justo en el periodo de reproducción del águila perdicera, con lo que se ha podido alterar su ciclo vital. En este sentido, Víctor París explicó que la pareja lleva ya desde 2009 sin reproducirse. Recalcó que no están en contra de la caza, pero sí que se haga de acuerdo de acuerdo con los planteamientos legales. Como consecuencia de la montería, según aclaró, «la pareja habrá dejado el nido».
El águila perdicera es una de las especies más emblemáticas de los montes valencianos. Mantenía en la Comunitat una de las mejores poblaciones de Europa. Pero en la últimas décadas sufre un «alarmante retroceso».
Las causas de la disminución de la población son varias. Por un lado, las electrocuciones en torres eléctricas, ahogamientos en balsas de riego y la caza furtiva. Pero, además, la caída de su éxito reproductor está poniendo en peligro uno de los tesoros naturales más preciados de la Comunitat.
Esta especie está calificada como 'vulnerable' tanto en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazada. En concreto, el artículo 9 recoge expresamente que «queda prohibida la alteración de su hábitat y en particular la de los lugares de reproducción, reposo, campeo o alimentación».
Es más, en el Plan Rector y de Usos del parque natural se dice claramente que para «garantizar la supervivencia», la Conselleria «podrá establecer limitaciones a la actividad cinegética y piscícola en un determinado territorio y durante un determinado periodo de tiempo».
Pese a ello y a que podrían haberse elegido otras fechas, la Conselleria de Medio Ambiente, según la Sociedad de Ornitología, autorizó una batida de jabalí y otras especies de caza mayor en la zona de monte público de Casas del Doctor en Requena.
Este espacio se encuentra en pleno parque natural de las Hoces del Cabriel y en la ZEPA del mismo nombre. Curiosamente, la declaración de ambos espacios, según denuncia la SOV, se basó en que en estas zonas había especies amenazadas, sobre todo el águila perdicera.
La sociedad advirtió a la administración autonómica de que la batida se realizaría en plena época de nidificación de una de las cinco parejas de águila perdicera que habitan en este espacio natural.
Insistieron en que esta actividad originaría graves molestias a la pareja reproductora en fechas de puesta e incubación de los huevos. Esta es la fase más delicada de todo el proceso, ya que tiene un alto riesgo de interrumpir el proceso como, según París, temen que haya ocurrido. Pero con escaso éxito como se ha podido ver.
Incomprensión
La actitud de la Conselleria de Medio Ambiente ha sorprendido a la sociedad ornitológica. No llegan a comprender como la administración «autoriza en sus propios terrenos y dentro de un espacio natural protegido una batida que pone en peligro la reproducción de especie amenazada y que por lo tanto tiene la obligación de proteger».
Denuncian, además, que no es un hecho aislado y se está repitiendo en varios parques naturales, como es el caso de la Font Roja hace un par de semanas.
En su opinión el caso del águila perdicera es sólo «la punta del iceberg de la gestión cinegética de la actual Conselleria». Para la entidad nada ha cambiado respecto a los anteriores gestores y resalta que numerosos colectivos están preocupados «ante la pasividad» por el control de la caza y la permisividad hacia la caza en los parques naturales de la Comunitat. «Ni siquiera contestan los escritos y alegaciones de nuestra asociación», una actitud que les recuerda actitudes que ya creían del pasado. «Todo sigue igual. Es realmente decepcionante», afirman.
En un documento bastante duro acusan a la Conselleria de Medio Ambiente de «hacer la vista gorda y mirar para otro lado» en una cuestión tan delicada como la caza. Denuncian así la escasa vigilancia y el escaso control de las especies y ejemplares abatidos cada temporada sin restricciones ni mecanismos de seguimiento. Por ello reclaman una revisión obligatorio del coto tras las tiradas y evitar el gran número de especies no cinegéticas que se han visto afectadas como el flamenco, el calamón, el ratonero común o el aguilucho lagunero.
Ante esta situación, solicitan la entrada de los cuerpos especializados en el control y gestión para revisar y confirmar que se está cumpliendo la ley. «Nosotros no pedimos prohibir la caza sino cumplir la ley», concluyó Víctor París.
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