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LAURA CHIRIVELLA / L. G.
Jueves, 11 de mayo 2017, 00:35
valencia. El Centro de Transfusiones de la Comunitat Valenciana (Ctcv) cumple 30 años y hoy lo van a celebrar con un acto en la Facultad de Medicina de la Universitat de València. Tres décadas que han permitido reflejar en el registro de actividad el paso de 700.000 donantes, personas que guiadas por la generosidad y el altruismo han ofrecido incontables oportunidades de vida.
Con su aportación es posible responder a las necesidades de la actividad sanitaria de los hospitales valencianos, que cada día requieren 650 unidades de sangre, sin olvidar que también son muchos los actos médicos que pueden llevarse a cabo con los recursos de los bancos de tejidos y de cordón de que dispone el centro.
Y la actividad no cesa. El centro está muy vivo. En sangre, en lo que va de año y según los datos de la Conselleria de Sanidad, se han recogido 55.871 unidades e incorporado 7.817 nuevos donantes. «Nuestro objetivo es que la sociedad reconozca el valor del donante porque sin ellos no habrían sido posibles muchos avances», apunta Arbona.
El esfuerzo es grande. A diario 22 unidades móviles se desplazan por la Comunitat para atender a quienes de forma voluntaria tienden su brazo para que el personal sanitario les extraiga sangre. El perfil responde a un varón de mediana edad, de 35 a 45 años. «Los hombres pueden donar sangre cuatro veces al año, mientras que las mujeres sólo tres. Esto se convierte en condicionante de que la proporción de mujeres representen el 41,69%». Los jóvenes, también presentan una elevada incidencia en este ámbito solidario al simbolizar casi el 28%.
Arbona recalca la necesidad de llamar la atención de los jóvenes, «porque son los que permitirán mantener nuestra base estable de donantes, que se reduce a medida que la gente se hace mayor o requiere de medicación». En este sentido, también se impulsan programas destinados a las universidades e institutos que tienen un gran calado social.
Los más pequeños también necesitan formación en esta materia y conocer la realidad que les rodea. Por eso, desde el Centro de Transfusiones se realizan actividades con alumnos de Infantil y Primaria para que sean conscientes de la importancia de los donantes y, de alguna forma, que puedan transmitir dicha necesidad a sus padres.
Al año, la Comunitat Valenciana registra 25.000 donantes nuevos, de los cuales algunos repiten. «Lo complicado es captar a la gente que no nos conoce porque el donante viene siempre que se le necesita», manifestaba la doctora. «La importancia de donar sangre es capital. Que los pacientes puedan mejorar, curarse, salvarse y en algunos casos, mantenerse durante mucho tiempo es gracias a los donantes y la población tiene que saber que 'hoy por mí mañana por ti'».
Este mensaje ha calado también en algunas empresas que en los últimos años se han lanzado a colaborar con las donaciones de sangre. «Muchas entidades se implican con nosotros y es que necesitamos que todos los agentes sociales colaboren», sentenciaba la responsable del Centro de Transfusiones en la Comunitat Valenciana.
La labor fundamental del Ctcv no sólo reside en captar la atención de posible donantes, también se encarga de establecer un equilibrio entre lo que los hospitales valencianos necesitan y lo que pueden obtener. «Nosotros tenemos que tener siempre un almacén para, en casos de emergencia, poder suministrar a los hospitales un mínimo de 10 días sin entradas de sangre».
Próximo objetivo
«Somos autosuficientes en componentes sanguíneos, pero no en hemoderivados», fármacos que se obtienen desde el plasma, recalca Arnona. «La realidad es que las donaciones de plasma no son suficientes», para abastecer la demanda existente. «Es un reto a plantearnos el año que viene y que iniciaremos este». La directora del centro reiteró la importancia de tener nuestros propios donantes para alcanzar la autosuficiencia en hemoderivados y no tener que importar plasma.
No obstante, Arbona recuerda que los médicos valencianos han logrado optimizar al máximo el uso de la sangre en intervenciones quirúrgicas, «No es cuestión de cuanto más, mejor, lo importante es optimizar los recursos».
La historia de los 30 años de vida del Centro de Transfusión empezó con la donación de sangre, pero el tiempo y los avances científicos permitieron ampliar los servicios que hoy incluyen el funcionamiento del banco de tejidos (1990) y el de cordón umbilical (1999), conforme el relato que ofrece la directora de las instalaciones. Cristina Arbona insiste en que todo es posible gracias a los donantes y también presta atención a todos los voluntarios que ayudan a organizar y preparar los desplazamientos de las unidadess móvil es para que no se rompa el hilo de solidaridad que empezó a tejerse hace tres décadas.
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