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MAR GUADALAJARA
Domingo, 24 de septiembre 2017, 21:55
Inhala vapor de agua que entra en el organismo y llega a los pulmones. Allí es donde se instala esta bacteria que crece en el agua, a una temperatura muy alta, entre los 25 y 45 grados, donde lentamente se desarrolla y se multiplica; así se produce el contagio de una enfermedad que frecuentemente se da en forma de brotes. Resulta letal en personas de edad avanzada o con problemas respiratorios. Su impacto puede ser grave si no se mantiene el debido control en las instalaciones que utilizan o suministran agua.
Cinco brotes, más de 18 afectados y dos fallecidos deja esta bacteria en lo que va de año en la Comunitat, cuando aún no ha dado comienzo la época en la que suele proliferar: «aunque los casos aislados pueden aparecer a lo largo de todo el año, los brotes suelen ser frecuentes a finales de verano o principios de otoño», explica Santiago Mas-Coma Catedrático de Parasitlogía de la Universidad de Valencia y profesor de la Facultat de Farmacia.
El primer brote confirmado en España fue en el Hotel Río Park de Benidorm en 1977 y se relacionó con las duchas. La Comunitat es la segunda autonomía por detrás de Cataluña con más casos. Ha mantenido durante más de una década altas tasas de incidencia en la población, situándose año tras año en los dos niveles más altos dentro de las estadísticas que se recogen en los informes del Centro Nacional de Epidemiología. El último brote se produjo en Mislata, con tres afectados por la bacteria, aunque unas semanas antes, en Chiva, se desataba el pánico al hacerse público el fallecimiento de un vecino de Calicanto. La sucesión de afectados y la falta de información hicieron el resto.
La conocida como la enfermedad del legionario, fue detectada por primera vez en Estados Unidos en 1976, precisamente cuando un brote de neumonía afectó a más de la mitad de los asistentes a la convención de la Legión Americana en Filadelfia. Los 600 participantes se alojaron en el mismo hotel y la mayoría de ellos empezó a sufrir síntomas como fiebre, tos y dificultad para respirar. Al principio sospecharon de la gripe, pero esa teoría fue descartada tras registrar 29 fallecidos. La investigación de varios laboratorios llegó hasta la bacteria que ocasionó el contagio, que fue bautizada como la enfermedad del legionario.
Tal y como ocurrió entonces, la mayoría de brotes se asocian a ámbitos cerrados. Las residencias de ancianos, balnearios, hoteles e incluso hospitales o prisiones son los establecimientos en los que más han aumentado las epidemias de esta enfermedad en los últimos años. Así lo confirma el catedrático valenciano, Santiago Mas-Coma. «Hospitales, hoteles e incluso escuelas con instalaciones centralizadas de aire acondicionado, tuberías de suministro de agua son buenos ejemplos. A ello hay que añadir la tendencia de aglomeraciones de estos lugares, sobre todo en aquellas zonas de gran atracción turística veraniega, como puede ser la Comunidad Valenciana».
La legionela muy rara vez afecta a niños. «En un análisis exhaustivo de Legionelosis en toda Europa se confirmó que la casuística incrementaba con la edad, lo cual cabe presuponer que esté relacionado con el sistema inmunitario que va perdiendo poco a poco capacidad de respuesta eficaz con la edad; es parecido a lo que ocurre con la gripe», asegura Mas-Coma. Así, las personas entre los 50 y 60 años con las más sensibles al contagio y a sufrir más gravemente está enfermedad que puede presentarse como la llamada 'Fiebre de Pontiac', con síntomas similares a los de una gripe, con mucho cansancio, malestar y fiebres altas; o puede provocar neumonía en casos más graves, que necesitan tratamiento específico y cuidado hospitalario. Asimismo, afecta más a los hombres que a las mujeres. «Cabe presuponer que sea debido a una mayor exposición de los hombres a las fuentes de contagio», explica el catedrático.
Ente un 5 y un 30% de las personas infectadas por legionela acaba muriendo, «sobre todo si se retrasa el diagnóstico correcto y por lo tanto también el tratamiento», añade el profesor, quien explica como «hay un 41% de fallecimientos que podrían estar relacionados, pero la causa del fallecimiento no acabó siendo determinada, lo que quiere decir que la tasa de mortalidad por la legionela podría ser algo mayor. Las personas más vulnerables de contagio son aquellas con problemas respiratorios, fumadores, ancianos y personas con las defensas disminuidas.
Esta bacteria es incombatible, con el paso de los años mantiene la misma tendencia que desde que fuera detectada con apenas un ligero descenso desde 2006. Pese a los avances de la ciencia y los nuevos métodos de desinfección para evitar su proliferación, hace honor a su nombre, ofreciendo resistencia a su erradicación. Por ahora, lo único que los técnicos sanitarios y expertos recomiendan es mantener un control de limpieza del agua.
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